Macario, Los olvidados, Tizoc, Los tres García y otras cintas son algunas películas que se hicieron en México durante la llamada Época de oro del cine mexicano. En ellas se reflejaba la realidad de la sociedad mexicana de aquel momento y a nivel internacional daban a conocer el progreso, modernidad, cultura y tradiciones de la nación mexicana; por ello, nuestra industria cinematográfica fue la más solicitada.
Es el periodo de la historia comprendido entre 1940 y 1970 cuando México logró un progreso económico e industrial, gracias a la estabilidad política de los gobiernos postrevolucionarios y el dominio de un solo partido en la presidencia de la República, lo que permitió emprender el proyecto industrializador.
Comienza entonces un proceso en la historia de México en el cual la industrialización en todas las ramas de la economía constituye la nota dominante de la sociedad mexicana contemporánea, la cual estaba dominada por una fuerte corriente nacionalista producto de la Revolución Mexicana y de un sentimiento de recelo y miedo ante el coloso vecino del norte.
Las políticas agrarias, la nacionalización de diferentes industrias, entre las que destaca la petrolera emprendida en la presidencia de Lázaro Cárdenas del Río, el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 fueron algunos de los factores internos y externos que permitieron el desarrollo económico e industrialización, también conocido como el milagro mexicano.
El modelo económico mexicano se dividió de la siguiente manera:
• Sustitución de importaciones
• Desarrollo estabilizador
El modelo de sustitución de importaciones daba gran importancia a la industrialización y urbanización de la nación, lo que permitiría el desarrollo de una industria nacional eficaz y capaz de competir con la extranjera, lo que permitió la imposición de una gran cantidad de aranceles a los productos extranjeros.
Industrializar al país se convirtió en la gran prioridad gubernamental. Se consideraba que la modernización de México dependía de la multiplicación de fábricas, técnicos y obreros. Había la convicción de que las innovaciones tecnológicas propiciarían índices más altos de productividad, lo que a su vez posibilitaría mayores ganancias a los empresarios, mejores salarios a obreros y más impuestos a la hacienda pública.
El modelo conocido como desarrollo estabilizador consistía en que había equilibrio en la balanza económica, inflación muy baja y poder adquisitivo positivo, pero esto no benefició a todos los sectores de la población, sino solamente a una minoría que se encontraba ubicada en las grandes urbes.
La estabilidad política que se vivió en México por la hegemonía de un solo partido en el poder, el avance propiciado por el modelo económico, conocido como el milagro mexicano, permitieron que se desarrollara la industria cinematográfica, una etapa a la que se denominó Época de oro del cine nacional, cuyas películas daban a conocer la vida y el progreso por las que estaba pasando la nación mexicana, lo que permitió ser ejemplo en América Latina.
Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas fueron emprendidas diversas estrategias para desarrollar el cine nacional, lo que ocasionó que esta industria fuera la segunda más grande, después de la petrolera.
El florecimiento del cine mexicano coincide con el inicio de la estabilidad política posterior a la Revolución, materializada en el gobierno de Lázaro Cárdenas, el primer presidente que se mantuvo en el gobierno durante los seis años que establecía la Constitución. El desarrollo de las artes que tuvo lugar en la década de 1930 también alcanzó al cine, el número de producciones fue en aumento y poco a poco la cinematografía mexicana se afianzó primero en el gusto nacional y luego en el regional. Las políticas reformistas de Cárdenas, que incluían entre otras la nacionalización del petróleo, alcanzarían también al cine.
La cinematografía nacional estaba muy relacionada con las películas de Hollywood, en la estructura como en el guion, permitiendo que Estados Unidos utilizara las películas nacionales para la unión Panamericana, apoyo a los aliados y un alto al socialismo de la URSS, pero ambientadas durante la Revolución mexicana y en hechos históricos dándole un toque nacionalista.
Los estudios cinematográficos más grande en esta etapa fueron La Nacional Productora, que contaba con tres foros de filmación, en los Estudios Churubusco se erguían 12 foros bien equipados. Los Estudios Tepeyac tenían 11 foros de filmación con tecnología de última generación, mientras que los Estudios San Ángel poseían nueve foros para sus producciones.
La primera película de gran aceptación nacional y en el extranjero fue “Allá en el Rancho Grande”, estrenada en 1936. Es precisamente a raíz de su éxito taquillero que se traza el inicio del desarrollo de la industria cinematográfica mexicana y el comienzo de la época de oro.
Esta cinta, que fue proyectada en gran parte del Continente Americano, puso en alto el nombre de México como productor de películas, consideración que se vendría a fortalecer a causa de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) que paralizó la industria fílmica de Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, poniendo a nuestro país como el mayor productor.
Los temas principales en la producción cinematográfica de la época, dirigidos esencialmente a una clase media en formación, que tenía como fundamento a la familia, se ubicaron dentro de los siguientes conjuntos: cine histórico; películas de ambiente campirano; melodramas; comedias; temas de cabaret, el arrabal y mujeres fatales. Más adelante se incorporarían otros, por influencia de la producción del cine internacional y de temas tratados en la naciente TV, con el cine de luchadores y los westerns, la problemática de una juventud rebelde, desarrollada a partir de la finalización de la Guerra de Corea y el crecimiento de un particular cine de horror de corte nacional.
Otro tema frecuente en las películas de los años 1940-1950 fue el ambiente campirano. De los melodramas y comedias rancheras surgirían grandes personajes icónicos del cine nacional: Joaquín Pardavé, Sara García, "la abuela de México", Pedro Infante, María Félix, Jorge Negrete, Dolores del Río y Mario Moreno, "Cantinflas”, quienes son de los más representativos.
Reparto de la película "Río Escondido", 1948, AGN, Propiedad Artística y Literaria.
En la década de los 70 y 80 disminuyó la cantidad de cinematografía nacional. El fin de la industria cinematográfica mexicana fue de 1989 a 1994, debido a los cambios económicos de esos momentos, cuando se le dio relevancia primordial a los aspectos políticos y económicos.
La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC) propició que llegaran productos de Estados Unidos y Canadá, primordialmente la cinematografía hollywoodense, que ponía en desventaja a México y ubicó a la cultura americana sobre la nacional.