A propósito de estas fechas sumamente importantes, en este mes de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, y de la reciente marcha, no me gustaría perder la oportunidad, para hablar sobre este tema, ya que es importante y fundamental hablar de ello, y me gustaría dar mí punto de vista al respecto.
Cada año, millones de mujeres, alrededor del mundo, salen a las calles a marchar, sin importar sus diferencias sociales, económicas y culturales. Todo esto, para conmemorar la lucha de muchas mujeres de hace muchos años atrás, donde exigían estar en un plano de igualdad de condiciones, frente a los hombres.
Si lo aterrizamos a nuestro país, en México, uno de los acontecimientos más importantes en pro de la mujer, fue el derecho al voto, que comenzó el 12 de febrero de 1947, con la publicación en el Diario Oficial de la Federación del Decreto de adición del articulo 115 para permitirles la participación como votantes y candidatas, quedando establecido que: “En las elecciones municipales participaran las mujeres, en igualdad de condición que los varones, con el derecho de votar y ser votadas.” Sin embargo, fue el 3 de julio de 1955, cuando las mujeres en México, votaron por primera vez en una elección federal. (Municipal, s. f.)
Esto sin duda, marcó un parteaguas en la historia de México y también, respecto del rol de la mujer en la sociedad, ya que por primera vez se les dio el poder a las mujeres de inmiscuirse en las decisiones de la vida pública del país. Sin embargo, cabe mencionar, que muchos no estaban de acuerdo con esta decisión, incluso algunos gobernantes comentaban que “darle el voto a la mujer era darle el voto al clero.” No obstante, con este importante hecho histórico, es como hoy, en el siglo XXI, las mujeres podemos votar y ser votadas.
Ahora bien, después de haber dado un poco de contexto, hay que comprender porque se manifiestan las mujeres y me gustaría decir, que una de las tantas razones o motivos, es porque en México, parece ser que la violencia a la mujer esta normalizada. La sociedad ya no le es motivo de sorpresa el saber que otra mujer fue víctima de feminicidio. En México, matan todos los días a 10 mujeres. Y las autoridades, corruptas, no hacen nada. Esto, solo trae como consecuencia, que el 95% de los casos quedan impunes, y con ello, las mujeres no se sientan con la confianza de ir a denunciar a sus agresores.
Las preocupantes cifras no solo se quedan en la violencia física: el 45% de las mexicanas ha sufrido algún tipo de agresión o acoso sexual a lo largo de su vida. (El País,2023). A ello cabe sumarle la amplia brecha salarial y la desigualdad, un tema que persiste en el entorno laboral del país. Las trabajadoras mexicanas ganan entre un 13% y un 27% menos que los mexicanos por realizar las mismas tareas, de acuerdo a cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Las mujeres, salen a exigir que se les garanticen y respeten sus derechos. Exigen, que existan igualdad de oportunidades, que las autoridades hagan bien su trabajo. Quieren visibilizar la impunidad, y corrupción de nuestros gobernantes, el machismo, la misoginia. Estamos hartas del acoso en todas sus expresiones, de la violencia sexual, pero lo más importante, pedimos JUSTICIA.
Para los hombres, que me leen o están leyendo, me gustaría decir lo siguiente: no se sientan ajenos a todo este movimiento, a esta lucha. Al contrario, deben de reflexionar acerca de sus acciones, de sus palabras, cuestionarse y erradicar sus micromachismos, ya que es un trabajo de todos y lo más importante aquí es la empatía, el respeto, el valor y la voluntad de deconstruirse todos los días, porque sí, es un trabajo del diario. Tomarse este movimiento con la seriedad que merece, ya que me ha tocado presenciar como hay hombres que les parece cuestión de risa o de burla, cuando no debería de ser así, si no mas bien, todo lo contrario.
Y tú, mujer, no importa si no fuiste a la marcha, desde el trabajo, escuela, desde tú trinchera, puedes luchar por todas y cada una de nosotras, y no por no haber asistido eres menos feminista. Recuerda siempre que no estás sola, y que no es una, somos todas.
Por último, me parece importante resaltar que no es un día para que se nos felicite, este es un día para reflexionar, para cuestionarnos, pero sobre todo para dejar de fomentar esta cultura machista tan arraigada que vivimos en el país, y dejar de promover acciones o conductas que solo nos alejan más del México justo y equitativo que algún día soñamos todos con tener.