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Violencia contra la niñez, problema sin solución en México


Diego Emilio Rodríguez Melo / Colaborador en radio UNAM, CANAL 22 Y GRUPO IMER

La violencia contra la niñez es un grave problema que impera en México desde hace mucho tiempo; se le considera un fenómeno social, pero también como un delito que se sanciona de varias maneras, según se agreda a un infante.  

En nuestro país la niñez es un grupo vulnerable que cuenta con la protección de la ley, las autoridades y la sociedad en general. Sin embargo, todos estos avances no han sido suficientes para proteger a las infancias de México, ya que por efecto de la violencia muchos niños y niñas han sido privados de la vida y, en otros casos, las infancias son maltratadas en casa, en el colegio y en su entorno social. Estas agresiones seguramente dejarán secuelas en su vida de no atenderse a tiempo. 

La violencia hacia las infancias es un caos. Según el INEGI, el año pasado se registraron 22, 410 víctimas de violencia infantil en México, sin contar la cifra oculta de casos de agresiones contra la niñez que no son denunciados. 

La niñez debería vivir en libertad y disfrutar de su edad a través de los juegos, en compañía de amigos y seres queridos. Resulta que no es así, ya que cifras oficiales especifican que buena parte de los niños y niñas violentados fueron agredidos en su propia casa, el colegio o en su entorno social, que se convirtió en un infierno. 

La agresión viene de los adultos. En la mayoría de los casos, los agresores de las infancias son el papá, la mamá o los familiares directos.  

Ningún niño, niña o adolescente debe ser tratado como una persona incapaz que merece ser corregido por medio de la violencia, ya que las infancias solo buscan diversión y vivir en armonía con los seres queridos. 

Los adultos deben recordar que la violencia en contra de las infancias deja efectos irreversibles que pueden ser físicos y emocionales, incluso se puede privar de la vida a un infante por tratarlo de forma violenta, según se ha dado a conocer a través de medios de comunicación que nos dan noticias de cómo muchos infantes son asesinados por sus “seres queridos”. 

Considero que niños y niñas deberíamos tener en nuestras manos algún juguete, nunca cicatrices o huellas de violencia. Los adultos deberían entender que niños y niñas somos seres que piensan y sienten, por lo que nadie debería callarnos, reprimirnos o agredirnos. 

Actualmente hay campañas que pretenden impedir la violencia contra las infancias para que todos estemos mejor informados de este fenómeno social. Pero parece que la información no ha sido suficiente, ya que también se debe dar publicidad a los valores y buenos principios que son necesarios en cualquier hogar mexicano, que nos permitan vivir en paz y en armonía con nuestros semejantes, pues de esa manera se evitarían agresiones contra cualquier persona. 

Espero que la situación pueda mejorar con el paso del tiempo porque se trata de la integridad y vida de las infancias de México. Ése es el punto. 


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