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2024, año del voto joven


Alberto Piña Landy / Licenciatura en Administración de Empresas Universidad Iberoamericana

El voto joven no solamente es un derecho, también es una obligación y en estas próximas elecciones del 2 de junio es de particular importancia debido a los difíciles momentos por los que pasa el país. Este tema debe asumirse con seriedad y responsabilidad. Al igual que decidimos si asistir a una fiesta o no, o bien, entrar o no a una clase en la universidad nos guste o no, o si consideramos cambiarnos de trabajo o permanecer en el que tenemos debemos considerar el impacto de nuestras decisiones políticas en nuestras vidas y en el futuro de México.

Para estas próximas elecciones los jóvenes conformamos el mayor padrón electoral principalmente entre los 18 y 19 años de edad. De acuerdo con un reciente artículo, #Elecciones 2024 | Jóvenes, el voto difícil de conquistar por los partidos, publicado en EXPANSIÓN POLÍTICA (14 enero 2024): . “En México son 26.2 millones de jóvenes de entre 18 y 19 años de edad los que tendrán la posibilidad de votar en las elecciones de 2024 para escoger a quien ocupará la silla presidencial en el próximo sexenio, y que, de acuerdo con el corte de noviembre de 2023 del Instituto Nacional Electoral (INE), representan el 30% de la lista nominal de todo el país”.

Como el mayor segmento demográfico con derecho al voto, tenemos el poder real de decidir quiénes nos gobernarán a nivel municipal, estatal y federal. Las decisiones de los próximos gobernantes y legisladores nos impactarán directamente, ya que somos quienes realmente absorberemos las consecuencias, ya sean buenas o malas, de las políticas implementadas para los próximos años. Esto es nuestro futuro y el de las familias que pronto conformaremos.

Desafortunadamente, la política nacional en épocas de elecciones ha malentendido su finalidad convirtiéndose en un medio de entretenimiento en lugar de darle el enfoque de formalidad y sensatez que amerita. Un claro ejemplo es que, en los recientes debates y posteriormente a ellos, en las redes sociales la atención se centra más en señalar la "mayor tontería" de un candidato en lugar de analizar las propuestas y perspectivas mejor planteadas para enfrentar los desafíos actuales.

Probablemente se deba al escaso contenido de los candidatos, ya que se enfocan más en atacar a sus contrincantes, en resaltar sus defectos y perder la oportunidad de plantear sus propuestas y explicar el porqué de ellas. Resulta más efectivo mirar al futuro; podrían señalar errores, mas no atacar todo el tiempo a los otros y menos con cuestiones ajenas a sus propuestas y/o rasgos personales. Esta situación es preocupante y refleja falta de compromiso con los asuntos serios que han perjudicado a nuestro país.

Es evidente que en muchos casos los adultos muestran mayor preocupación por el futuro, más que nosotros mismos que somos el futuro de México. Esta desconexión entre la realidad política y nuestra percepción se altera, se distorsiona y, en última instancia, puede ser perjudicial para nuestro propio bienestar.

Lamentablemente para los jóvenes que no están interesados en la política, esta no es una elección de su interés. Para quienes no lo sepan, la política está más presente en nuestras vidas que nosotros en ella. Cuando salimos a las calles la inseguridad nos acompaña hoy peor que nunca; cuando nos enfermamos, la mayoría de la población no tiene seguridad social y, peor aún, el desabasto de medicamentos, tanto en clínicas privadas como públicas se advierte cada día pese a las promesas de ofrecer un sistema de salud similar al de países con excelentes niveles a escala mundial.

Quienes laboran en la iniciativa privada seguramente ya han advertido que cada vez hay menos inversión extranjera en México o cada vez hay más recortes de personal en los trabajos en el sector formal; aumenta el trabajo informal que carece de prestaciones sociales y el trabajo remunerado cada vez tiene mucho menos poder adquisitivo.

Considérese que el sector más afectado es la PEA femenina. A esta gama de males agréguese que se está dando de baja el sistema de pensiones. Así podría mencionar muchísimos ejemplos más. Urge dejar de lado esa triste apatía por la contienda electoral y enfocarnos en analizar las propuestas de los candidatos para evaluar y abordar los problemas de manera viable y efectiva. ¡En las urnas deben tomarse decisiones informadas!

El voto joven es una herramienta poderosa que debemos aprovechar para impulsar un cambio positivo en México. Hoy más que nunca he notado candidatos y candidatas que buscan cómo despertar nuestro interés para involucrarnos en el proceso electoral. Es importante recordar que somos nosotros los que tenemos el verdadero poder en estas elecciones, no los candidatos. Ellos necesitan nuestro voto para ganar sus contiendas electorales. Al ejercer nuestro derecho al voto de manera informada y responsable, podemos contribuir significativamente al rumbo de nuestro país y promover una política más seria centrada en las necesidades reales de la población.

Mi enfoque es completamente apartidista; en lugar de eso, deseo dirigirme a ustedes desde la perspectiva de un joven preocupado por la apatía y la desinformación que todos estamos observando. Los insto, los convocó a asumir nuestra responsabilidad cívica; no es algo tan complicado, únicamente se requiere dar atención a los problemas sociales y económicos, a los de seguridad pública, a las fallas y errores de las políticas públicas, a informarse y escuchar las propuestas y, sobre todo, participar en el proceso electoral y votar para apoyar nuestras convicciones.

Estoy categóricamente convencido de que quienes opten por no participar están renunciando a su derecho de quejarse o lamentarse en un futuro. Les planteo esta pregunta: ¿Qué resulta más costoso a largo plazo, abstenerse de votar o ejercer nuestro derecho democrático?

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad del autor o de la autora.


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