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Altas Capacidades Intelectuales, sector poco reconocido en México


Juan Pablo Lozano Zapata / Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales Universidad Modelo, Campus Mérida

Los investigadores del concepto Altas Capacidades Intelectuales han enfrentado dificultades para construir una definición precisa y consensuada sobre lo que implica ser muy capacitado desde el punto de vista intelectual, esto a causa de la multiplicidad de fenómenos que engloba dicha acepción y las diversas formas en las que pueden expresarse.

Algunos rubros a considerar son las cualidades relacionadas con el desarrollo comunicativo, el desarrollo cognitivo, según su aprendizaje, creatividad y lo relativo a la cuestión socio-afectiva, pero en tanto que las distintas pruebas estandarizadas de inteligencia general y aptitudes específicas toman en cuenta diversos factores, no es posible tampoco esclarecer una medida o referencia universal al respecto.

En parte debido a lo anterior, en México ha sido pobre el esfuerzo realizado en los últimos tiempos para atender a dicho sector dentro del sistema educativo nacional, provocando así que la gran mayoría de individuos pertenecientes a este grupo pasen desapercibidos o se les diagnostique erróneamente. Es por ello que el Estado debe sumar esfuerzos a fin de evitarlo, así como aprovechar ese potencial porque podría resultar en beneficio del país a largo plazo.

 ¿Qué son las Altas Capacidades Intelectuales?

Para delimitar los perfiles de capacidades cognoscitivas que implican las Altas Capacidades Intelectuales, AACCII en lo subsecuente, es menester considerar diversas aptitudes y procesos de razonamiento. En términos generales, el alumnado con AACCII lo conforman aquellos individuos que disponen de un nivel elevado de recursos en capacidades cognitivas y aptitudes intelectuales, que pueden ser el razonamiento lógico, verbal, matemático, gestión perceptual, de memoria, aptitud espacial y creatividad. Bajo esa premisa, existen quienes consideran que las interacciones entre estos recursos tienen importancia superlativa en comparación con su capacidad aislada.

Consecuentemente, un factor sumamente relevante recae en la flexibilidad que posee este alumnado, porque tiene la aptitud para tratar con cualquier tipo de información. De igual forma, las situaciones complejas reflejan su potencial y despiertan su interés en mayor medida, ya que pueden llegar a dedicar gran cantidad de energía en resolver un problema concreto o realizar una actividad específica.

Tienden a la curiosidad y ser originales en sus ideas. Llegan a encontrar, mediante el uso de diversas estrategias, soluciones por vías distintas a la establecida. Sin embargo, su rendimiento académico puede ser discreto en algunas ocasiones, pero al momento de aprender prefieren conectar y relacionar temas aparentemente distantes entre sí, así como explicar sistemas complejos antes que recurrir al almacenamiento de información a través de la memorización.

Por tanto, al hablar de una población heterogénea es posible identificar al alumnado con AACCII dentro de diversos grupos, dado que, incluso, comparten características con estudiantes que padecen grandes dificultades de aprendizaje. De igual manera, es probable que tiendan a ser desafiantes, creativos, autónomos y hasta doblemente identificados con algún déficit asociado, como el síndrome de Asperger, dislexia, discalculia y trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. No obstante, a través del uso de pruebas psicológicas apropiadas es posible diferenciar los diagnósticos de las AACCII.

Diagnóstico del alumnado con altas capacidades  

La importancia de realizar un correcto diagnóstico en el alumnado con altas capacidades intelectuales radica en que esta evaluación permite construir una planificación de la enseñanza a través de las necesidades de apoyo educativo presentes en este sector. Empero, no existe tampoco un acuerdo total respecto de cómo se deben llevar a cabo los procesos de identificación.

Sin embargo, los expertos señalan que debe ser un proceso sistemático para recoger información, implicar el uso de determinados instrumentos, requiere interpretar la información recogida, elaborar un juicio de valor y estar orientada hacia la toma de decisiones de mejora.

Existen múltiples pruebas para medir a las AACCII, no obstante, una de las más comunes es la prueba de cociente intelectual, que mide la inteligencia a partir de un índice que sitúa en 100 el valor de la media. Éste se calcula sumando los puntos que el sujeto obtiene en cada subprueba, lo que da como resultado su edad mental, que se divide entre la edad cronológica y el resultado se multiplica por cien.

Hay quienes afirman que el CI resume en una sola cifra el nivel de inteligencia de una persona, pues supone la medición de múltiples habilidades y destrezas, empero, muchos especialistas no toman en cuenta únicamente este dato, sino que lo consideran un indicador más. Se considera que una persona es superdotada cuando su puntaje alcanza los 130 puntos o más.

Por otro lado, en México y el mundo existe una problemática desde hace algunas décadas, la cual consiste en confundir la superdotación intelectual con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad al momento de elaborar diagnósticos y establecer recomendaciones subsecuentes.

Este fenómeno tiene un trasfondo histórico, porque se ha prestado mucha más atención y empeño a los trastornos que a la superdotación, aunado a la falta de conocimiento que se tiene al respecto. De lo anterior se desprende que es necesario identificar, utilizando las herramientas más precisas que se dispongan, a la superdotación intelectual y diferenciarla de un posible TDAH si se quiere dar un tratamiento oportuno a este alumnado.

Mitos y realidades de las altas capacidades

Muchas aseveraciones erróneas, plagadas de estereotipos, existen en torno a las Altas Capacidades Intelectuales. La desinformación respecto del tema, aunado a la idea de relacionar a las AACCII únicamente con sus aspectos positivos, propicia que, en términos generales, se construya una idea equivocada. Por consecuencia, es menester descartar premisas inverosímiles y justificar el porqué de su falsedad.

Una de las concepciones más famosas que se tiene al respecto de las personas con AACCII es la creencia de que en edad escolar destacan en todos los aspectos y son buenos estudiantes. La realidad, sin embargo, dista considerablemente de lo anterior, porque muchas veces su rendimiento escolar va en función del interés que el mismo alumnado presenta durante clases, el cual, en ocasiones, es bastante pobre, ya que, al no ser atendidas sus necesidades e intereses, finalmente terminan por generar una fuerte tendencia al aburrimiento, puesto que no representan mayor reto las asignaciones que les son encargadas.

Además, justamente a causa de lo anterior, son bastante rápidos al momento de cumplirlas cuando le dedican tiempo, motivo por el cual posteriormente proceden a generar desorden en el aula o tener mal comportamiento al no tener nada más que hacer.

De igual manera, se piensa que las niñas, niños y adolescentes con AACCII se encuentran, al menos en mayor medida, dentro de familias adineradas o con suficiente nivel económico para satisfacer sus necesidades. No obstante, los individuos con AACCII están dispersos en todos los sectores de la población y es posible encontrar gente con recursos intelectuales superiores a la media en regiones donde se vive en condiciones precarias.

Del mismo modo, no existen más hombres que mujeres pertenecientes a este grupo, sino que debido al entorno donde cada uno se desarrolla, muchas veces ellas tienden a ocultar su sobrecapacidad, caso contrario en los varones, lo que genera desequilibrio en cuanto a la cantidad de diagnósticos en este rubro particular.

Finalmente, cabe señalar que algunos otros mitos consisten en aseverar que son líderes, introvertidos, con dificultades para adaptarse a su entorno, socialmente torpes, con motivación por una gran cantidad de tópicos en lo académico, que poseen un vasto repertorio de conocimiento en diversos ámbitos, carecen de la necesidad por recibir un trato diferenciado o que jamás se equivocan.

Ahora bien, como ya ha sido mencionado, se trata de una población heterogénea, por lo cual, aunque sea posible encontrar estas características en algunos casos particulares, es incorrecto pensar que están presentes en todo el grupo. Consecuentemente, resulta importante tener en cuenta lo anterior a fin de entender de qué manera se les debe tratar y cuáles son las posibles necesidades que podrían presentarse en un momento dado.

La realidad en México

En México hay una carencia enorme en cuanto a la oferta educativa especializada en niñas, niños y adolescentes con Altas Capacidades Intelectuales, aunado a que los pocos centros reconocidos que existen pertenecen al sector privado, limitando así la posibilidad de que el alumnado pueda acudir ahí. Sin embargo, aunque sí hay presencia de asociaciones civiles en el país que se encargan de detectar y reunir a este sector, no tienen tanto reconocimiento a nivel nacional, ni mucho menos reciben apoyo gubernamental para hacer labores conjuntas.

Pese a lo anterior, se estima que al menos el 3% de la población infantil tiene superdotación, lo que representaría un millón de niñas y niños en México, empero, 95 de cada 100 de estos casos todavía no han sido descubiertos, o bien, como ya se mencionó, están mal diagnosticados. Además, investigaciones han revelado que mil niños superdotados tendrán de adultos el mismo impacto económico que un millón de personas con inteligencia promedio.

Desafortunadamente, en la actualidad, pues, no se les da el tratamiento adecuado que necesitan y las pocas medidas aplicadas son ineficientes, sin embargo, en algunos casos, debido a la misma desinformación que existe, les son proporcionados medicamentos y apoyos que en realidad no requieren, lo cual constituye un problema per sé.

Del mismo modo, y pese a lo anterior, se ha corroborado que, en efecto, sí existen consecuencias a largo plazo ocasionadas por la desatención de las Altas Capacidades Intelectuales en los individuos que las poseen, las cuales van desde la ansiedad y depresión, hasta el abandono y fracaso escolar. Dicho fenómeno contribuye a que continúe la fuga de cerebros y que se mantenga un área de oportunidad relevante que, a causa de estereotipos y prejuicios, no esté siendo atendida, o bien, reconocida como una necesidad para el Estado.

No obstante, están disponibles diversos recursos y alternativas que pueden ser aplicadas para mitigar dicha situación, así como también un amplio repertorio de herramientas que pueden ser útiles para la detección de estos casos. Empero, es deber de las autoridades competentes que dichas facilidades se encuentren al alcance de aquellas personas que las necesitan y no únicamente para las que tengan los recursos suficientes para adquirirlas, pues, aunque esta no es una problemática reciente ni exclusiva de México, la realidad es que no se ha invertido lo suficiente para mitigar esta cuestión.

Finalmente, cabe destacar que no se trata de individuos sin dificultades u obstáculos, por lo que se deben eliminar los estigmas y postulados que contribuyen a la formación de esa imagen, pues se encuentra, como ha sido comprobado hasta ahora, alejada de la realidad.

En ese orden de ideas, resulta menester aceptar que la labor de visibilización, la cual constituye el primer paso en la construcción de un espacio amigable con dicho sector, es trabajo de la sociedad completa, es decir, no se limita únicamente a la fracción de la población que está directamente relacionada con las altas capacidades intelectuales. Por lo tanto, es importante reconocer la labor realizada por distintas organizaciones que contribuyen a su promoción, así como de los particulares que realizan lo propio de igual manera.

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o de la autora. 


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