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Ataques con ácido, la dolorosa realidad en México


Denisse Rodríguez Saldaña / Universidad Panamericana

Las agresiones con ácido en México han aumentado desde hace varios años y hasta la actualidad. Es una situación que impacta para siempre todas las esferas de la vida de las mujeres que son víctimas. Esta agresión les causa heridas y quemaduras permanentes que solo reflejan el machismo, el odio, los celos y la sed de venganza de los victimarios.

Estos ataques premeditados son una de las formas más brutales de agresión contra las mujeres y les generan quemaduras profundas de segundo o tercer grado.   

Los ataques con ácido tienen consecuencias respecto de la autoestima, la identidad, la imagen, incluso las ganas de vivir de las personas afectadas. Aunado a lo anterior, las víctimas se encuentran en una situación de rechazo de familia y amigos, así como en el ámbito laboral, ya que pierden su trabajo.  

Tenemos que dimensionar la magnitud de este problema. En el ámbito económico también representa un desafío debido a que los tratamientos son carísimos, y muchas veces las agredidas no tienen el dinero suficiente para solventar los gastos. 

Los agresores, en su mayoría, son personas que tenían algún tipo de relación con las perjudicadas, ya sea que fueron su ex pareja o simplemente se negaron a tener cualquier tipo de encuentro de carácter sexual.  

Lo peor de todo es que no existe justicia para las mujeres. Los casos quedan en total impunidad, ya que, en repetidas ocasiones, el victimario tiene poder. El agresor lo usa para no pagar las consecuencias de sus actos y no tener sanción o represalia. 

Tal es el caso de Malena, porque su agresor, previa decisión de un juez, ya no está en la cárcel. Simplemente la autoridad, sin hacer las investigaciones correspondientes, se deslinda del caso y deja libre al culpable, lo que obliga a la víctima, en los casos más extremos, a huir del país por probables repercusiones en su contra.

En México no se tiene una cifra exacta del número de víctimas por ataques con ácido. Sin embargo, aproximadamente 34 mujeres han sido atacadas y solamente un agresor fue sentenciado. (Expansión Política, 2023). 

El caso de María Elena Ríos se hizo muy famoso y puso sobre la mesa si los ataques con ácido deberían ser considerados delito de lesiones o como intento de feminicidio. El principal sospechoso era el exdiputado Juan Vera Carrizal, autor intelectual del delito cometido contra Malena y que, actualmente, ya está libre. 

El Senado, por unanimidad de 79 votos a favor, la tarde de 3 de noviembre del 2022 aprobó castigar con cárcel los ataques en los que se use ácido o cualquier sustancia corrosiva. 

Se estableció en el dictamen validado que se impondrán de 7 a 13 años de prisión a quienes perpetren ataques con ácido. Pueden incrementar las penas cuando exista o haya existido relación de parentesco, sentimental, afectiva, laboral o de confianza, entre el agresor y la víctima. (Coordinación de Comunicación Social, 2022). 

No obstante esta reforma legislativa, este tipo de ataques deben de ser sancionados y tipificados como intento de feminicidio, ya que, hasta ahora, el Código Penal de la CDMX, en su artículo 131, fracción IV, contempla estas agresiones como delito de lesiones y no como intento de feminicidio.   

En conclusión, es urgente que se tipifiquen estos ataques como un delito y que se visibilice mucho más este tema, que se legisle, que se adopten las medidas correspondientes porque hoy, desafortunadamente, son 34, pero no sabemos cuántas más vayan a padecerlo. Además, debemos evitar que los agresores sigan quedando en total impunidad.  

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o de la autora 


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