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Barbie: la culpable que el verano se pintara de rosa


Isabela Magaña

Este verano los centros comerciales alrededor del mundo se pintaron de rosa con la película de Barbie. Dirigida por Greta Gerwig (mi directora de cine favorita) la película ha causado grandes controversias acerca de si es feminista o no y el “explícito” odio a los hombres durante la trama.

La mente detrás de estas controversias fue elegida por la misma Margot Robbie, que protagoniza a Barbie. Greta Gerwig, con experiencia dirigiendo películas con tintes feministas como “Lady Bird” o “Mujercitas”, se encontró con un gran desafío: cómo darle una historia a la Barbie “genérica” que no tiene una historia como tal. Todos conocemos las películas de Barbie animadas, pero de la Barbie “genérica” se sabe poco, solo conocemos que tiene una DreamHouse y es novia de Ken, y la película se pudo haber limitado a eso. Sin embargo, tanto Robbie como Gerwig, no describen a la película como una “comedia”, sino como una película humanista. Gerwig decidió salirse de una zona de confort y tomar riesgos incorporando elementos densos como “la muerte” o el “propósito de vida”. Pero, para Gerwig lo más importante era que la película tuviera corazón, que fuera una pelicula feminista que incluyera a todos y que gritara que Barbie no es buena ni mala, simplemente es y con eso es suficiente.

Gerwig no solo se aventuró a crear una historia audaz, si no a toda la crítica que iba a recibir acerca de está icónica muñeca que ha recibido múltiples juicios desde el siglo pasado. Desde los 70’s, se escuchaban comentarios por parte de las feministas de la segunda ola criticando el machismo inherente a estas muñecas debido a sus estándares físicos imposibles de cumplir. Estos estándares, socialmente aceptados en la sociedad patriarcal como “belleza”, definitivamente crearon inseguridades en la vida de millones de mujeres que jugaban con estas muñecas a través de más de cuatro décadas. Hasta la icónica Gloria Steinem declaró que “Barbie era practicamente todo aquello de lo que el movimiento feminista intentaba escapar.”

Destacadamente, Gerwig se encarga de proyectar este punto en la película cuando Barbie llega a la secundaria y las estudiantes se lo comunican de manera cruel. Si bien se menciona en la película, Barbie ha generado inseguridades en todas las mujeres a nivel mundial con su nariz perfecta, pelo brilloso, piernas firmes y largas, ojos claros y ni una sola estría. A pesar de los intentos de Mattel de generar conciencia creando Barbies multirraciales y diversas, se mencionan estas características sexistas y consumistas que han permeado a Mattel durante varias décadas. Pero, la directora también hace un llamado a los hombres. Ken fue creado como una persona sin estatús, por lo que genera la pregunta de cómo puede ser una película feminista si no toma en cuenta a todos. Esto se explica de manera fácil y es un mensaje que se perdió arduamente, ya que conociendo el estilo de la directora, al igual que en el resto de sus películas, Gerwig incorpora un elemento esencial: la ironía. La ironía para remarcar esta marea rosa y autosuficiente de mujeres, independientes, trabajadoras y simplemente libres viviendo con cero acoso y sobre todo mucha diversión: contrario a lo que pasa en el mundo real. El hecho de que Ken sea descrito como un personaje sin estatus fue para reflejar la masculinidad tóxica que Ken adopta cuando llega al mundo real.

Misma masculinidad tóxica que se vio reflejada en el descontento de varios hombres por medio de numerosos artículos y tweets que se han publicado en las últimas semanas para desestimar a Barbie y la película de Gerwig. Pero es evidente que en la vida real, Barbie representó la independencia femenina. En 1962, Barbie obtuvo su dreamhouse y durante ese mismo periodo en Estados Unidos las mujeres fueron constantemente rechazadas al intentar adquirir una hipoteca y tarjetas de crédito. Igualmente, Barbie le enseñó a las niñas como pasar de la infancia a la adultez con un esquema de muñecas nunca antes visto con cuerpo de adultas, en vez de con cuerpo de bebes o niñas. Sobre todo, Barbie le gritó al mundo entero que las mujeres eran capaces de profesar la profesión que quisieran, siendo presidenta en un país donde ninguna sola mujer lo ha sido. Entonces, como feministas, se recibe un mensaje de “ser quien queramos ser” por parte de este icónico personaje, porque justamente el feminismo es esa fuente liberadora.

Pero creo que lo más feminista es el hecho que Gerwig, como directora mujer, está pintando de rosa el mundo del entretenimiento. Los hechos son claros: la película le está dando un boom a la economía nunca antes visto proveniente de una película dirigida por una mujer. Por ejemplo, en la Ciudad de México, está estimada que la película generó un spill económico de 440 millones de pesos en la primera semana que se proyectó. Estos millones se reflejan en sectores de servicios y hasta turísticos. Igualmente, se ha visto reflejado que las acciones de Mattel aumentaron su valor en un 22%. De esta forma, Barbie ha logrado catalogarse como la película más taquillera de la larga historia (de más de cien años) de Warner Bros. En cinco semanas, la película recaudó 1.240 millones de euros en todo el mundo.

Esta cifra refleja la genialidad de Greta Gerwig al haber creado una narrativa controversial para reflejar, por medio de la ironía, a la cultura actual que limita firmemente a las mujeres en términos económicos, políticos y financieros. El adoptar la ironía para enfatizar los micromachismos que las mujeres viven a diario es digno de gran admiración y coloca a Gerwig en el espectro para sus próximos proyectos. Definitivamente, el hecho que tanto hombres como mujeres, madres, padres y niños estén yendo al cine a ver a una figura tan icónica como Barbie es admirable y está generando consciencia al pintar y cuestionar ideas profundas de color de rosa.

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