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Camino a la reforma político electoral


Erick Alfredo Pérez Castillo, Asesor Legislativo

El pasado 28 de abril de 2022, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, presentó la propuesta de reforma político electoral, que es una de sus tres prioridades legislativas en la segunda mitad del sexenio.

Si bien es cierto que tenemos una de las instituciones más sólidas y confiables por las y los mexicanos, lo cual ha hecho que nuestra democracia cada día se construya con cimientos fuertes y sea un ejemplo a nivel internacional, en los últimos años y después de las reformas en la materia del 2014, es necesario replantear hacia dónde va nuestra democracia. Por ello debemos considerar el realizar una reforma, pero prestar especial atención a temas que no necesitan tocarse, al menos por ahora. 

Este 2022 es un año justo para realizar una reforma de este carácter, debido a que podremos ajustar los tiempos necesarios hacia las próximas elecciones del 2023 y con la obviedad de tener todo listo para la gran jornada electoral del 2024, donde en caso de aprobarse la propuesta de reforma, tendrá que demostrar que sí se necesitaba con urgencia. 

Las elecciones del 2023, en las que estarán en disputa las gubernaturas de Coahuila y Estado de México, son muy complejas en términos de seguridad, volumen y logística, lo que, sin duda alguna, representará un buen ejercicio previo para probar el marco legal a reformar e incluso la nueva integración de los Órganos Electorales. 

Es indiscutible, sobre todo importante, que los puntos que toca esta nueva reforma político electoral deben realizarse con el total consenso y trabajo de todas las fuerzas políticas nacionales, autoridades electorales y, desde luego, la sociedad civil. Es de aplaudirse la labor de la Comisión de la Reforma Político Electoral, en donde hasta la fecha se han celebrado más de 20 foros con cada uno de los temas incluidos en la propuesta de reforma. 

Asimismo, por primera vez se realizó un foro de consulta con jóvenes de todo el país. Fue muy nutrido y de mucha ayuda a fin de conocer la perspectiva juvenil, que es la mayor fuente de participación electoral.  

Todo sistema electoral, como hemos observado con el propio, es siempre perfectible y considero que se debe realizar con la rapidez y la importancia que conllevan los ajustes que permitan no sólo mantener la salvaguardia de los principios político electorales, de la equidad en la contienda, la certidumbre, la lógica jurídica, la autonomía de los Órganos Constitucionales, así como permitir una mejor regulación en los ámbitos que por obviedad histórica recaen en la arena electoral: fiscalización de recursos, tiempos de radio y televisión, la forma de la propaganda electoral y su actualización a la nueva era. 

Debemos emplear la experiencia adquirida a lo largo de los años hasta nuestra actualidad. Temas como el marketing político y el comercio digital, las redes sociales, la aparición de nuevos actores como los llamados influencers o la imparable incursión del dinero en efectivo en las campañas políticas, merecen un análisis a fondo, sólido, incluyente y crítico, cuyos resultados sean a beneficio de mejorar las reglas y el actuar de los participantes. 

Un tema que considero desde una perspectiva personal no debería tocarse es la propuesta de desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales y de los Tribunales Electorales Locales, planteamiento que genera grandes discusiones y que no alcanzaría a resumir en este artículo. 

El planteamiento de desaparecer los OPLES y Tribunales Electorales Locales suena un poco drástico. Considero pertinente replantear el funcionamiento, estructura e inversión que se hace en estos organismos y fortalecerlos de manera que su trabajo siga aportando mucho a nuestro sistema político electoral. Lo anterior se fundamenta con ejemplos claros como el uso de la mascarilla braille, la urna electrónica, los programas de educación cívica o el acompañamiento a los sistemas normativos indígenas, que realizan estados como Oaxaca y Chiapas. 

Sin lugar a duda, faltan muchos temas por tocar. Nuestra democracia está en constante crecimiento y mejora, depende solamente de nosotros. Con el trabajo del gobierno y la sociedad llegaremos a perfeccionar y formular políticas públicas que ayuden a fortalecer nuestro sistema electoral para mantener a México a la vanguardia y como ejemplo mundial en democracia, participación ciudadana e instituciones sólidas. 


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