/ Pluralidad


news

Crisis de las corcholatas


Sebastián Atencio Velásquez / Relaciones Internacionales

Una vez más nuestro querido México se ve inmerso en una de sus clásicas crisis de presidenciables. Las corcholatas se van juntando y cada vez más el cantinero se ve en aprietos para saber a cuál destapar. Los clientes son exigentes, la gente que llega a la recién transformada Taberna Mexicana está desairada con las mismas bebidas de siempre. Tequila, whisky, ron, mezcal, coñac, ya todo da igual, no hay ninguna sorpresa en la barra del bar.

Por un lado, tenemos al tequila, un clásico; sabe promoverse a nivel internacional como la bebida nacional. Todos en el mundo lo conoce, saben que es mexicano, pero a veces les cuesta trabajo consumir el tequila de esta casa. Sabe añejo, un poco ácido, queriendo parecer lo que en otros tiempos fue. Lleva muchos años sirviéndose en esta taberna, incluso ya lo habían sacado de circulación hace unos diez años por querer triunfar en Montparnasse. ¿Podrá volver a ser igual de popular?

El cantinero, extasiado de atraer nuevos clientes, emprendió una búsqueda para ubicar la bebida más exótica posible. Encontró un tesoro entre las montañas del Levante, una extraña bebida conocida por ser el sudor del Medio Oriente. De acuerdo con la tradición el arak debe servirse en 1/3 del vaso junto con 2/3 de agua restantes, nunca debe ser colocado el hielo primero. Sin embargo, esto no era del conocimiento del cantinero, quien por tratar de imitar sus otras recetas terminó por servir el hielo antes que el agua, generando una capa poco estética sobre el vaso. ¿Cómo podrá distinguirse de los otros brebajes lo que no agrada a la vista?

Anonadado, el cantinero observa que sus clientes no se calman. No puede explicarse lo que está pasando. Tuvo que recurrir a una vieja confiable, ¿por qué no llenar a todos de cerveza? Tiene efecto, pega entre jóvenes y viejos, siempre es popular, es la bebida en que siempre confía. Lamentablemente, los clientes toman a mal esta sugerencia porque es lo que se les ha estado sirviendo desde hace más de 93 años. Además, cabe destacar que la adicción a la cerveza puede envejecer la mente… a lo mejor eso explica las decisiones tomadas por el humilde cantinero.

No hay opciones claras y los clientes comienzan a irse hacia la Taberna Americana desesperados por su sed insatisfecha. Esto no agrada a los de enfrente, pues claramente sólo tienen capacidad para cierto número de clientes y no cualquiera puede entrar a su establecimiento. Muchos cantineros desempleados ven con ansias el pobre trabajo de aquel cantinero contratado hace 4 años.

Queda una última bebida, aquella que sólo debe ser usada en tiempos de emergencia. En otras ocasiones ya le ha causado problemas al viejo cantinero; debe usarse con cautela. Aún no han anunciado su nombre, el resultado podría ser muy peligroso, por lo que decide mantenerla bajo resguardo. ¿Será que esta bebida sea la solución o será mejor confiar nuevamente en el balché? No vaya a ser que la bebida se transforme en cantinero.

Notas relacionadas