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Cuánto podremos aguantar sólo con circo, pero sin pan


Maikel Ansted Hoffmann

Al leer el Cuarto Informe de Gobierno del presidente López Obrador, nos podemos dar cuenta de que lo mencionado en mi artículo pasado es real. Podría definirse la situación del gobierno morenista como ambigua, pésima y de propuestas sin fundamentos reales.

“El hecho es que, los que somos de oposición, sabemos la cantidad de mentiras y demagogia que usará el presidente de México, realmente esperamos la repetición de sus discursos interminables y con datos que no son reales […]; son indicios de que su informe será, como lo fueron los anteriores, de “otro México”, no en el que vivimos más de 100 millones de mexicanos.”

El actual gobierno y el jefe del Ejecutivo se han caracterizado por la demagogia, lo vemos todos los días junto con su presumida “pobreza franciscana”.

Se habla de la austeridad como si fuese la solución mágica a los problemas que vivimos. Tal parece que la austeridad fuese la causa principal y no la consecuencia, como en realidad lo es. Se nos pide a gritos la austeridad y, salvo contados ejemplos que pueden contarse con los dedos, aquellos que la padecen y no les queda más remedio que aguantarse, son los de siempre.

Es cierto que estamos en un periodo de austeridad, ¡nadie puede negarlo! Pero se siguen haciendo remodelaciones en edificios centrales de gobierno, continúan en aumento los sueldos los funcionarios públicos; tal parece que la austeridad es una fachada únicamente porque la corrupción está en un tope altísimo. El antiguo refrán de “al pueblo pan y circo”, en nuestro país se ha invertido. Empezamos por el circo y todo se queda ahí porque el pan nunca llega.

Sencillo resulta predicar la moral de la resignación cuando se está, quizá no en la cumbre, pero al menos en la seguridad de una posición privilegiada. Pero ¿qué pasa con la mayoría de los mexicanos que, desde hace siglos, viven en austeridad?

Vivimos un periodo difícil: se cierran poco a poco las fuentes de empleo, existe una inflación galopante, en muchos estados falta comida y agua, esenciales para vivir, y en prácticamente todo el país la salud pública es deficiente y, en otros lugares, inexistente.

El circo siempre ha sido una magnífica arma política, sobre todo en los periodos de austeridad. Veamos lo que sucede en los países donde se padece un régimen militar o comunista. Al pueblo se le pretende engañar con el circo negándosele el pan.

Teóricamente, vivimos en una democracia, que significa el gobierno de mayoría. Ahora bien, me pregunto lo siguiente: ¿cuándo se ha tomado en cuenta la opinión del pueblo?

Al pueblo “pan y circo”. Veamos cuánto tiempo más podremos aguantar con circo, pero sin pan.

Twitter: @AnstedM

Instagram: @maikelanstedmx



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