En medio del vertiginoso avance de la era digital, es ineludible que nuestro gobierno tome medidas para aprovechar el potencial de los datos en su gestión. Pero ¿por qué es tan crítico para México adoptar una cultura de toma de decisiones basada en datos, o data-driven, en su sector gubernamental?
Pensemos en un tablero de ajedrez. El jugador con más información sobre las posibles jugadas del oponente, y que sabe interpretar y aprovechar esa información, tiene más probabilidades de ganar.
Así funciona también el data-driven: es un enfoque que nos permite recoger y analizar datos para tomar decisiones más informadas, eficaces y orientadas a los objetivos. En resumen, permite ganar la partida.
Un gobierno que se guíe por datos será capaz de diseñar políticas más eficientes, optimizar la asignación de recursos y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. ¿Cómo es esto posible? La respuesta se encuentra en la capacidad de los datos para revelar patrones, tendencias y conexiones que no son visibles a simple vista.
Imaginemos, por ejemplo, que en materia de seguridad pública se adopta una estrategia data-driven. De inmediato, se contaría con herramientas para identificar los puntos críticos de violencia, entender sus causas y actuar en consecuencia. No sólo estaríamos reaccionando a los delitos, sino previniéndolos.
En la salud, la IA puede ayudar a prever brotes epidémicos, optimizar el uso de recursos médicos y personal sanitario, incluso predecir el avance de enfermedades.
En la economía, los datos permiten entender patrones de consumo, flujos laborales y el impacto de políticas fiscales, lo que contribuye a diseñar estrategias de crecimiento más certeras.
Hoy, más que nunca, la clave está en la información y en la capacidad para interpretarla correctamente. No estamos hablando de abandonar la intuición o la experiencia, sino de complementarlas con evidencias y análisis objetivos.
Implementar un enfoque data-driven en el gobierno de México no será tarea fácil. Implica un cambio cultural y estructural, además de la capacitación en nuevas habilidades y la inversión en tecnología.
Pero la recompensa será enorme: un gobierno más eficiente, transparente y capaz de atender las necesidades reales de sus ciudadanos.
El futuro del gobierno mexicano puede ser brillante si apuesta por la cultura data-driven. Como ciudadanos, tenemos la oportunidad de apoyar estos proyectos de cambio y participar en ellos.
Los datos no son solamente cifras; son una herramienta valiosa para mejorar nuestras vidas y construir un México más próspero y seguro.
¿Qué estamos esperando?
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