¿Se han preguntado alguna vez quiénes son las personas que vemos en situación de calle y por qué están ahí?
De acuerdo con los datos de la CONAPRED, en la ciudad de México existen 6,754 personas integrantes de poblaciones callejeras, que 4,354 de ellas se ubican en la calle y 2,400 en algún albergue público o privado.
En Hidalgo, durante la transición violeta del año 2020, inició el proyecto Techo Invernal, en Pachuca de Soto, Hidalgo, con el objetivo de resguardar a las personas en situación de calle por los fuertes fríos que la entidad federativa presentaba.
Se abrió el Refugio Invernal 2021-2022, y actualmente está en funciones el refugio del año 2022-2023. Las actividades buscan, como primer objetivo, reinsertarlos, es decir, sacarlos de la calle. Durante los tres meses que opera el refugio a los usuarios que llegan a pasar la noche se les asigna un camastro, cena y desayunan antes de irse al otro día a desarrollar sus actividades. Hay baños de caseta con separación para hombres, mujeres, niñas, familias. El área de aislamiento funciona para las cuestiones de la covid-19, atención médica y apoyo de los policías de prevención del delito.
Cabe mencionar que el trabajo es gestionado por organizaciones de la sociedad civil, en conjunto con el municipio de Pachuca de Soto, Hidalgo; el refugio solamente es habilitado en época de invierno.
Recordemos que las poblaciones callejeras son diversas, pues no están peleadas con ninguna raza, género, grado académico, sexo o religión; todos y todas somos vulnerables a estar en una situación similar.
Son el grupo más vulnerable y que, sin lugar a dudas, a diario sufren una violación de sus derechos humanos, constitucionales y fundamentales.
Son el rostro de la ausencia de las instituciones, de la orfandad del Estado e invisibles para nuestra sociedad.
Para el colectivo por la inclusión y derechos humanos y fundación Xinemi Axcan, la población callejera no significa únicamente cifras, pues conocen su historia, sus rostros y sobre todo el mundo que ellos visualizan en la calle. Durante los tres meses en que el municipio de Pachuca les permite tener abierto el refugio se encargan de impartir talleres, actividades, pláticas, obtención de documentos oficiales, así como las gestiones que llegaran a necesitar en algunas de las instituciones o la vinculación para tener un empleo porque todo esto ayuda a que se reincorporen a la vida de manera positiva.
Las cifras no oficiales se han obtenido con la labor que hace el colectivo por la inclusión y derechos humanos. En la zona metropolitana hay más de 500 personas en situación de calle, y ya se han realizado las gestiones pertinentes para replicar este proyecto en los demás municipios, sobre todo en aquellos que abarcan la zona metropolitana, como el municipio de Mineral de la Reforma, donde obtuvieron una respuesta negativa del área correspondiente, poniendo condiciones inalcanzables para quienes realizan esta labor tan noble.
Sin embargo, el apoyo que han brindado ambas organizaciones, con el respaldo del Edil de Pachuca de Soto, ha sido fructífero logrando reintegrar a 30 personas en situación de calle y sin posibilidad de volver a recaer.
Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle.
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