Los conflictos armados son un fenómeno que acecha constantemente el sistema internacional contemporáneo (debido a su naturaleza volátil, anárquica e interdependiente) a pesar de los esfuerzos puestos en la mitigación de estas problemáticas por sus grandes alcances, ya que ponen en jaque a todo el funcionamiento del sistema internacional, las hostilidades entre actores no se han podido mitigar del todo.
Por esta razón, resulta fundamental tener un marco jurídico robusto que atienda las situaciones que se pudieran suscitar en un conflicto armado, a fin de minimizar los daños y, aún más importante, salvaguardar a la población.
Como respuesta a los conflictos armados que asolan nuestro mundo, surge la necesidad imperante de garantizar la protección y el respeto de los derechos fundamentales de aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, el Derecho Internacional Humanitario.
Esta rama del derecho internacional público (sustentado en el artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia) está destinada a limitar los efectos de los conflictos armados sobre las personas, incluidos los civiles, las personas que no participan o han dejado de participar en el conflicto e incluso las que aún lo hacen, como los combatientes, por medio de un conjunto de normas que abarcan dos ámbitos: la protección de las personas y las restricciones a los medios y métodos de guerra (Naciones Unidas, 2023).
Resulta importante diferenciar entre el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, debido a que mientras el segundo se encarga de salvaguardar la dignidad y proteger los derechos humanos de las personas a lo largo de toda su vida, el primero se usará sólo en tiempos de conflicto armado. Se puede decir que la ley general sería el Derecho Internacional de los Derechos Humanos mientras que la ley especializada sería el Derecho Internacional Humanitario.
El origen histórico o de inicio del Derecho Internacional Humanitario podemos ubicarlo en 1862 con la publicación de la obra “Un Recuerdo de Solferino”, de Henry Dunant. Este libro fue la influencia principal para que su autor, en conjunto con otras cuatro personas, crearan, en 1863, el Comité Internacional del Socorro. Posteriormente, en 1864, se celebró la Conferencia de Ginebra, donde se comenzó a codificar el Derecho Internacional Humanitario, por lo que su origen estricto se remonta a 1864 con el concierto del Primer Convenio de Ginebra. El Comité Internacional del Socorro se transformó en lo que hoy en día conocemos como Cruz Roja con presencia a nivel internacional (CICR,2004)
Con base en lo anterior, se puede decir que el Derecho Internacional Humanitario es una herramienta fundamental y servicial en un mundo con tendencias a entrar en conflictos, pero existe gran diferencia entre voluntad política y voluntad jurídica (lo que se busca es pasar de la primera a la segunda).
De igual manera, es importante destacar lo que significa que en el marco jurídico internacional existen normas respecto de esta temática, debido a que es un paso firme para la evolución del sistema internacional y su constante búsqueda de paz.
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