Meysy Elizabeth Ortegón Dzul
Estudiante de Gestión Pública y Activista
Hoy quiero hablarles sobre un tema fundamental en nuestra vida cotidiana: el poder de creer en uno mismo y el impacto que tienen las palabras y actitudes de los demás en nuestra percepción personal.
A lo largo de nuestra vida inevitablemente nos encontraremos con personas que, por sus propias inseguridades, intentarán menospreciarnos. Sus burlas y palabras despectivas no son más que un reflejo de sus propios miedos y limitaciones. Nos desafían, nos desaniman y, en ocasiones, logran sembrar en nosotros la duda. Sin embargo, hay algo que debemos recordar siempre: lo que otros piensen o digan de nosotros no define quiénes somos ni lo que somos capaces de lograr.
Creer en uno mismo es un recurso invaluable, un faro que ilumina el camino incluso en las tormentas más oscuras. No significa que nunca dudemos, sino que somos capaces de sobreponernos a esas dudas con determinación y convicción. La verdadera fuerza no radica en la ausencia de temores, sino en la capacidad de enfrentarlos y superarlos.
Cada reto que enfrentamos es una oportunidad para crecer. Cuando confiamos en nuestras capacidades transformamos las adversidades en escalones hacia nuestras metas. La confianza en uno mismo no es un lujo, es una necesidad. Sin ella es difícil que los demás crean en nosotros.
El poder de las palabras: construyen o derriban
Las palabras tienen un poder inmenso. Pueden inspirar o desanimar, construir puentes o levantar barreras. Es importante entender que muchas veces las críticas o juicios de los demás están más relacionadas con sus propias inseguridades que con nuestra verdadera capacidad.
Si permitimos que sus palabras nos definan, les estamos cediendo el control sobre nuestra vida. No podemos evitar lo que los demás dicen, pero sí podemos elegir cómo reaccionar ante ello. No dejemos que el juicio ajeno nos limite.
Tú eres dueño de tu propia historia
Con el tiempo he aprendido una gran lección: si no confiamos en nosotros mismos, difícilmente los demás lo harán. Nuestra actitud hacia nosotros mismos marca la diferencia.
El poder de creer en uno mismo es el ancla que nos mantiene firmes ante cualquier tempestad. No permitamos que las palabras y actitudes de otros nos definan o nos detengan. Enfrentemos cada desafío con determinación, reforcemos nuestra confianza y seamos una luz para quienes nos rodean.
Cuando creemos en nosotros mismos todo es posible.