/ Pluralidad


news

El regreso de la monarquía sexenal absoluta


Juan Emilio López Guadarrama / Director Juventud Real Edo México

Si bien nuestra democracia nunca ha sido ejemplar poco a poco, pese a las adversidades de los malos gobiernos, se había logrado construir algunos logros que, por más pequeños que fueron, se empezaba a tener espacios para exigir autonomía, pero debido a los pésimos manejos de políticos que solo se sentaron y cobraban, tuvo que llegar la política de antaño la cual hace regresar al famoso presidencialismo.

Hoy en día nuestro actual sistema de gobierno regresó al superhombre, cuya voz debe ser la única que se ha de escuchar en todo el país. Se da un debilitamiento tan grande de las instituciones que buenas o malas generaban un poco de soberanía; de tener gobernadores que tenían su voz y peso se regresa a solamente ejecutar sin tener voz para los estados libres y soberanos, una Suprema Corte de Justicia que regreso a tener elementos políticos que no se oponen a los asuntos que le generan interés al Ejecutivo o la decisión del manejo en la materia económica.

De nueva cuenta se formaliza la institucionalización del Ejército del cual los jefes dependen plenamente del Ejecutivo, el obvio control sobre los medios masivos de comunicación, una gran concentración de recursos económicos en la Federación, amplias facultades constitucionales como designar a su sucesor y gobernadores, decisiones en materia de política exterior, un poder Legislativo que solamente obedece para levantar el dedo, gobernar aparte del país a la Ciudad de México. Ahora al presidente no se le cuestiona, se le obedece; su papel debe ser predominante.

Este regreso de sistema se da particularmente por el fortalecimiento de la supremacía política del Ejecutivo, pero no preeminencia constitucional. Es más que evidente que el actuar del presidente es conforme a sus propios criterios y muy pocas veces apegados a lo que marca nuestra Carta Magna.

Es claro que ese debilitamiento de las instituciones permite que el presidente no las escuche y las desafíe, la opinión pública que, por mucho tiempo, por los grandes medios contaminó a los verdaderos periodistas se perdió en creerles y hoy en día estos no funcionan si no son un emisor más. Inclusive, hasta los medios digitales se prestaron a esto, permiten que el presidente pueda obrar de manera tranquila en modo muy personal y caprichoso.

Pero todo esto también es necesario mencionar se da porque la oposición que se tiene está compuesta simplemente por actores que el pueblo no soporta, ver una derecha que no lucha al lado del pueblo, se vende como oposición, pero sin escuchar a los que los eligen, actores que únicamente no solamente no generan empatía hacia la mayoría, sino un odio grande por ser gente alejada de ellos y que los ven como algo que existe, mas no a quienes deben ayudar y luchar.

La izquierda es inexistente porque demostró que la teoría no es igual que la práctica, una juventud que solo habla en redes, pero no se dan el tiempo de materializar, personajes centrales en la política que únicamente manchan más la imagen de sus partidos que beneficiarla sin darle espacio a personajes que sí pueden aportar a sus partidos. En fin, se prestan al sistema para darle circo al pueblo y denigrar la política.

Hay esperanza aún, pero si como ciudadanos empezamos a ver perfiles y no partidos, despertar el interés de la ciudadanía es una manera de evitar que esto crezca más. Hay personajes que pueden ser dignos representantes en el país, pero invito a que demuestren que son diferentes. Hay elementos buenos en los partidos, pero es necesario que salgan, que la gente los conozca, inclusive en el partido en el poder, pero que piensen en México, no en solamente mantener su status quo.

Mi estado, Oaxaca, puede ser el ejemplo de que sí hay de otra para crecer sin pelear, construir para dar voz y conformar una política de no división, sino de unión, contando con una verdadera democracia.

Notas relacionadas