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El sentido histórico de la historicidad


William Jesús Santos Martínez.

Universidad Modelo.

Licenciatura en ciencias políticas y relaciones internacionales.


¿Cómo se podría denominar a un estallido del pensamiento social que masifica a la gente? ¿qué es eso de que las personas encuentran dentro de su estrategia de encuadre, lista para catapultar como arma para ideologizar un concepto y construir juntos la verdad para ser guía de nuestra valentía y correcta dirección del progreso por el que se decide la soberanía del pueblo?

La demostración de lo que se ha puesto en polémica en este artículo depende desde el punto de vista o enfoque que se quiera interceptar, puesto que, con lo que se pone en disputa, respecto al cuestionamiento que en realidad se quiere poner sobre la mesa o el panorama, el cual es atenuar, como bien dice el título, todos los términos de la sociopolítica, sociología, economía, política, etcétera, para dar una influencia mayor a lo que compete el sentido histórico de la historicidad, con ello, la trayectoria que han recorrido estas ciencias y sus antecedentes, relativos a cómo se han ido construyendo, referente a la narrativa y la forma de observar las cuestiones informativas y analíticas, en cuanto a su descripción total en su propio contexto, totaliza el hecho de poder encontrar los argumentos necesarios para explicar su propia anécdota y variante en la historia.

Por un lado, el aspecto sociopolítico y socioeconómico de los supuestos que se han elaborado desde la Revolución francesa, e incluso desde antes, se ponen en entredicho al momento de ver los tópicos con los que se ha manejado. Un ejemplo claro de esto, sería la versión de poner estas claridades dentro del espectro científico y filosófico que supone sujetar los acontecimientos y los cambios que en los hechos radican. Con ello, por parte de algunas perspectivas, vemos en previsión una metodología o varias metodologías aplicadas a la concepción de estos conceptos situados en el tiempo, con lo cual se fueron estructurando a lo largo de la historia.

Un claro ejemplo es la sociología, en verbigracia, antes del siglo XVIII, o si queremos adelantarnos un poco, antes del siglo XIX, debemos comprender que existe siempre un método sociológico para estudiar de cierta manera el comportamiento e interacción de las sociedades, para dar así su propio fundamento en lo que define su angular situación y su postura referente a la realidad. Con lo cual se concibe el prisma ideológico, que va transformando estas pequeñas opiniones que después, necesariamente, se tienen que argumentar y razonar, como en ciertos textos aristotélicos podemos encontrar que, si bien, Aristóteles fue un polímata destacado en su época, con todo lo que sabemos hasta el día de hoy, encontramos que ya se estudiaba a una idea de “sociedad”, y ojo acá, porque no es lo mismo la forma griega de ver las cosas que la forma en la que nosotros lo vemos actualmente, puesto que, a nuestro método exhaustivo de examinación se han desarrollado varios matices para completar este aprendizaje.

Para dar un poco más de contexto, la palabra “sociedad”, viene del latín societas, que viene de la voz socius que se traduce como aliado o compañero; y eso que viene del latín, pero, con la combinación del periodo llamado, o mejor dicho, la conceptualidad de la cultura grecolatina posee una aproximación a lo que se entendía en ese entonces como sociedad, nada más que demasiadamente entre comillas. Ahora bien, a lente de buen analista, el esquema construido alrededor de las demás ciencias podemos entender la economía, la política, la socioeconomía, la sociopolítica y la sociología con ciertos contextos y visiones panorámicas que se dirigen hacia cierto trasfondo y horizonte para alcanzar una percepción crítica de la realidad.

Otro análisis que se puede hacer es respecto de la política y la economía, algo que, en materia de abordaje, podemos observar que la política, por su parte, tiene sus raíces en la Grecia Antigua, valga la redundancia, resaltar a Aristóteles nuevamente, con lo que viene a significar: Asuntos de las ciudades, es decir, todo lo relativo a la ciudad como un ente y sujeto que actúa en coordinación y organización; una expresión interesante, vale decir, con ello es demostrable el interés aristotélico por la “res pública”, es decir, por la cosa pública, puesto que, viene a encerrar dentro de un panorama ciertas finalidades con las cuales, se puede entender y manifestar a lo largo de las denominaciones que se han extendido en sentido drástico. Por lo que, aparte de dar una trascendencia y relevancia para la definición con la que se quiere dar la importancia necesaria, se puede ver el establecimiento de ciertas pautas a nivel de tipificación de este arte y ciencia a la vez, para que varias personas o personajes vayan dando esa significancia y alcance que amerita el concepto como tal.

Por lo cual, para finalizar, es importantísimo sumar a este artículo el carácter de la economía, recordemos que no es simplemente la organización monetaria de recursos, validez, etcétera, sino que, con el fin de atender a una delimitación conceptual, se apega a esta dirección con la que se trata.


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