La tecnología avanza a pasos agigantados y aunque mucho pareciera sacado de un li-bro o película de ciencia ficción, la realidad es que nadie se hubiera imaginado que el futuro avanzara tanto como para analizar si la inteligencia artificial podría marcar el rumbo de decisión para los electores que pudieran tener dudas respecto de a quién otorgar su voto para los distin-tos cargos que en 2024 de disputarán en todo el país.
Es importante indicar que la tecnología cambió la forma de comprender las campañas electorales, anteriormente se hablaba de los tiempos en radio y televisión como la nueva forma de que mayores audiencias alcanzaran a conocer a los candidatos en cuestión, sin embargo, en la última década estos procesos se han visto modificados por el uso de redes sociales y de influencers para promocionar la imagen de un candidato e incluso el uso de la tecnología de inte-ligencia artificial ha sido puesto a disposición de las nuevas formas de hacer campañas, para desarrollar discursos, videos y estrategias electorales para la búsqueda de más votos.
Para los fines de este artículo nos centraremos en este último aspecto.
Es de destacar que a partir de la puesta en funcionamiento de chat gpt al público en ge-neral se han desarrollado muchas más aplicaciones o páginas encargadas a otras tareas, hoy en día se pueden encontrar páginas dedicadas al desarrollo de presentaciones, resúmenes de libros, desarrollo y creación de logotipos, creación y edición de imágenes a partir de motores de búsqueda, así como la generación de audios que pueden imitar la voz de ciertas personas, por mencionar algunos.
Cabe señalar que muchas de estas herramientas son de desarrolladores experimenta-dos y certificados como Google, Microsoft, Adobe, entre otros, lo cual da una especie de certe-za de que los datos e información proporcionados serán tratados de la mejor manera de acuer-do a las normas aplicables.
Ahora bien, al hablar de estas herramientas que pueden generar videos e incluso discur-sos de campaña a partir de brindar los parámetros aplicables entramos en materia. Desde una perspectiva de la teoría del comportamiento electoral Anthony Downs , indica que los electo-res buscan elegir al candidato que se ajuste mejor a sus preferencias; esto de acuerdo con los datos que los mismos candidatos arrojan sobre ellos, si bien se sabe que desde la neurociencia se han desarrollado diversos fundamentos que buscan generar ciertas palabras o combinacio-nes de palabras que puedan originar en el elector afinidad con el candidato en cuestión; sin em-bargo, si esto lo hacemos utilizando la inteligencia artificial en la cual únicamente colocáramos:
“Redacta un discurso para convencer a los votantes de 60 años de edad que soy la me-jor opción como candidato para diputado”.
La Inteligencia artificial hará uso de todos los datos disponibles de la data para generar un discurso acorde a las necesidades y realidades de aquellos a los que establecimos nuestros parámetros de búsqueda, no a nuestros principios, es decir, vendiendo lo que nosotros justa-mente queremos escuchar.
Lo anterior puede parecer algo común pues desde el punto de vista del neuromarketing esto lleva años haciéndose, es por ello la urgente necesidad de establecer un control frente a dos cuestiones. Primera, fiscalización de recursos para utilizar dichas herramientas, y segunda, los parámetros que se ingresan para determinar la validez e importancia que repercute en la mente de los electores con estos discursos generados por la inteligencia artificila.
La importancia de la identificación (fiscalización) de los recursos utilizados en las cam-pañas electorales es importante, lo anterior siendo necesario para obtener la mayor transparen-cia en los procesos electorales, sin embargo, muchas de las herramientas que utilizan inteligen-cia artificial poseen una versión gratuita del software, el cual, aunque posee limitantes es bueno para elaborar un discurso político de alto impacto o una serie de estrategias para convencer al electorado de ser la mejor opción, esto poniendo en tela de juicio quién es en realidad el que convence el candidato o una máquina a votar en favor de un candidato, es por ello la imperiosa necesidad de considerar múltiples vertientes, entre ellas la principal encaminada a especificar en los momentos que se utilice una inteligencia artificial, para mayor certeza y fiabilidad de los pro-cesos electorales cuentan con una voluntad y autonomía.
Si bien el objetivo no es buscar regular las redes sociales de tal forma que se censure o limite el pensamiento creativo, debe ser necesario determinar una línea a seguir en las campa-ñas electorales con uso de la inteligencia artificial en las redes sociales; la idea no es oponerse al futuro tecnológico sino adaptarse a que la inteligencia artificial llegó para quedarse y exige estar a la altura de los nuevos retos que se plantean en los procesos electorales.
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