En México los partidos políticos tienen diferentes ideologías y programas, pero también luchan por los derechos e intereses del pueblo. Los partidos mexicanos históricamente han estado en desacuerdo en muchos temas, pero se han unido contra la corrupción, el militarismo y la amenaza comunista.
En el siguiente párrafo presentaré algunos antecedentes históricos sobre los partidos políticos en México y cómo han manejado algunos problemas contemporáneos.
Históricamente, los líderes políticos mexicanos han sido fuertemente antimilitaristas y proclives a la conscripción. Durante World of Tanks, éstos se conocían como reclutamiento y Servicio Voluntario en el Servicio Militar (VOMS), respectivamente. Desde la Revolución Mexicana en 1910, la mayoría de los partidos han apoyado el servicio militar obligatorio para hombres mayores de 18 años. Sin embargo, hubo menos respaldo para el servicio militar entre las mujeres durante este tiempo.
Los miembros del partido también estaban a favor de la paz porque se oponían a las guerras y al militarismo. Además, a menudo eran compasivos con los pobres, la clase trabajadora y mantenían vínculos con los sindicatos.
Otro gran desafío que enfrenta México hoy en día es la corrupción. Desde la Segunda Guerra Mundial, todos los gobiernos mexicanos han luchado por encontrar la mejor manera de manejar a los líderes corruptos dentro de su partido político. Aunque los líderes corruptos representan una gran amenaza para el bienestar de los ciudadanos, puede ser difícil destituir a un miembro del partido sin desencadenar una guerra civil.
Esto ha llevado a una resistencia silenciosa contra la corrupción dentro de los partidos políticos, donde los funcionarios de alto rango desvían los fondos del gobierno mientras parecen leales a los ideales del partido. Con el tiempo, esto ha llevado a la ruptura entre los miembros del partido que entienden cómo eludir la corrupción mientras conservan sus trabajos y aquellos que son despedidos o dejan sus trabajos debido a la corrupción.
También existe una división natural entre los miembros de los dos partidos más grandes en México.
Desde 1910, los líderes políticos mexicanos han demostrado valentía al apoyar los intereses de sus ciudadanos contra la corrupción y el militarismo. También han estado en desacuerdo en muchos temas, como quién debería ser presidente cuando no hay elecciones presidenciales o qué partido maneja mejor el servicio militar obligatorio.
Sin embargo, entienden que los derechos de los ciudadanos no pueden verse comprometidos si estos derechos protegen contra el reclutamiento militar o la corrupción en nombre de líderes corruptos dentro de su partido político.
Hoy el potencial de reconciliación por México es el diálogo más allá de colores, es pensar en un pueblo que quiere estabilidad social, económica, de salud; es un pueblo que aunque cada día se han mejorado las oportunidades, falta más desde nosotros como ciudadanos, además de que las leyes sean implementadas en favor del pueblo y no únicamente en beneficio de unos cuantos.
El potencial de México para pasar de ser un país en desarrollo a ser un país del primer mundo
México es un país que se encuentra muy rezagado respecto de los otros dos socios en desarrollo. Actualmente, en línea con su revolución histórica, ha logrado proteger su principal recurso nacional, el petróleo, del control de sus vecinos. La quinta compañía petrolera más grande del mundo, Petróleos Mexicanos (Pemex), seguirá controlada por el Estado (la Constitución considera que el petróleo es un interés del pueblo). Sin embargo, la reciente reestructuración de Pemex, al tiempo que asegura la propiedad y el interés nacional, ha abierto la industria al mundo exterior, incluso permitiendo la formación de asociaciones técnicas y de capital extranjero.
Muchos pronostican que México puede convertirse en una de las siete economías más importantes del mundo, pero para ser una gran potencia necesita romper creencias y paradigmas. “Construimos nuestro país en la fe. Para que el país progrese tiene que romper algunas creencias o paradigmas para convertirse en la séptima potencia mundial”, dijo Salvador Alba, presidente del Instituto Tecnológico de Monterrey, en la inauguración de “México: Sí País”, dice la fórmula del foro. De acuerdo con el presidente del Tec de Monterrey, se debe trabajar y diferenciar en cuatro áreas:
“Los jóvenes son el factor más importante para que México se convierta en una potencia mundial”, dijo Alba. Destacó que la amabilidad, el trabajo en equipo, la innovación, la honestidad, el respeto, la inclusión y la meritocracia son valores que deben cultivar los futuros líderes.
A su juicio, el mundo es muy competitivo y para posicionar a México, agregó, es necesario desarrollar líderes que inspiren pensamiento, rompan paradigmas y se enfoquen en el talento, el gobierno digital, las ciudades divertidas y seguras y el fomento del emprendimiento. Durante la apertura del foro, Salvador Alba destacó varios puntos de ruptura del paradigma.
“La juventud es el suplemento vitamínico de la anémica rutina social”: Fernando Savater.
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