Cuasisoliloquio de Erán y Asher:
- Dios, he mirado lo que me rodea, ansiado porque algo pase en mi vida. Observando a los que pasan cada mañana, tarde y noche delante de mí; esperando a que alguien pueda matarme con una faca en la garganta, o la esperanza de que pueda salvarme de mí mismo.
Pobre de tu hijo que pecó de inocente, que en cuyo ocaso terrenal había un monomaniaco del peculio; aunque compartimos en sentido inverso el gaje parental en la forma en que mis seres queridos contemplan el logro ajeno.
Aunque, sirvió para el excidio de Roma, ¿no? El gigante que no pudo sostenerse por tal flaqueza evidente de sus muslos.
- …
- Tan efímera la vida para el deseo humano de la perfección, tan vasta para el dolor y el sufrimiento del camino que lo acoge, ¿por qué? Hice una y otra vez las cosas que pretendí para lo querido, mutándolo por su consecución o su imposibilidad. Entonces, lo deseado nunca será perfecto, y lo deseado no era perfecto si se concreta.
Dame una respuesta, señor. El sentido que nosotros los mortales le atribuimos a la vida es una mentira, una calumnia…
No quiero seguir con esto; la promesa de las Puertas del Edén exaspera el fuego irritable de las ganas banales de mi querer ser, de Yesbeth. Me sujeta las manos y los pies, no puedo contenerme más.
- Ven aquí.
- Oh, la ignorancia de la cofradía del sentido de vida hiere más que el dolor físico de su agonía. Yacemos bajo el yugo del juicio social constante, a sabiendas de que, señor, fuiste el supuesto partidario del orden mundial. No haces el mal, pero lo permites, incluso en contra de quienes profesan tu hipotética palabra, o quienes son inocentes del infierno mundano.
Será el cáñamo y el opio los principales agentes de tu concebimiento; será el miedo de obrar la infamia; será la duda eterna del germen universal; será la respuesta a lo incomprendido…
- Tú no tienes la culpa de lo que pasó.
- He ahora que, por fin, con tus suspiros en la frente, quiero acabar con el sufrimiento constante de mi alma, no me permites hacerlo con plenitud. Al menos, debo agradecerte por el ínfimo tiempo que pudiste concederme con mis padres… o no.