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La ayuda humanitaria como soporte emocional


Andrea Fosado Lozada

En el grupo colectivo de Emprendimiento y Desarrollo Social hacemos colaboración compartiendo diversas herramientas de soporte emocional y holísticas, en el centro de readaptación social en Xicotepec de Juárez, Puebla. Nuestro objetivo es ayudar a los internos a aprender a controlar sus emociones mediante la meditación, Reiki, Yoga, Tai Chi, dibujo y pintura, entre otras actividades.

A medida que los internos del centro de readaptación social empezaron a participar en estas actividades, no solamente disminuyeron sus índices de violencia, sino que también descubrieron talentos que desconocían. La respuesta que buscábamos era que necesitaban trabajar en su salud mental, reforzarla a través de terapias holísticas, y que fueran vistos sin prejuicios, sin importar su pasado. A esto yo lo llamo un soporte emocional para mejorar la salud mental. 

La mayoría de las personas necesitan fortalecer su autoestima y, por supuesto, trabajar en su salud mental, a fin de que esté equilibrada porque, de lo contrario, generaría problemas en nuestras vidas. La salud mental puede tratarse mediante terapias psiquiátricas o psicológicas. Los daños podrían generarse a partir de una autoestima baja en la infancia. 

Algo que aprendí en el centro de readaptación social es que todos tuvieron una infancia difícil, llena de ignorancia. Por lo tanto, es importante comenzar a enseñar a los niños, desde pequeños, la inteligencia emocional para que tengan una vida más estable en la edad adulta. La salud mental está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos. Las presiones socioeconómicas persistentes son un riesgo conocido para la salud mental de las personas y las comunidades. 

Las pruebas más evidentes se relacionan con indicadores de pobreza y las condiciones de vida de las personas. La salud mental es parte integral de la salud y va más allá de la ausencia de trastornos mentales. Por eso es muy necesario recibir atención y tratamiento a tiempo, antes de que sea demasiado tarde. 

La mala salud mental también se asocia con cambios sociales rápidos, condiciones de trabajo estresantes, discriminación, mandatos de género, exclusión social, estilos de vida poco saludables, riesgos de violencia, mala salud física, así como violaciones a los derechos humanos.

También hay factores de personalidad y psicológicos específicos que hacen que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales. Por último, los trastornos mentales también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales.

Entonces, ¿dónde se genera la salud mental? Una de las informaciones que he recopilado en los últimos dos años ha sido en el centro de readaptación social, donde los internos comparten inestabilidad emocional, depresión, ansiedad, agresividad, obsesiones, trastornos de bipolaridad, entre otros, que aprendieron desde su infancia.

El problema actual es la falta de inteligencia emocional. Muchos actos de violencia tienen que ver con la ausencia de esta condición, que, por supuesto, proviene de una salud mental desatendida. Si el problema es bioquímico, los resultados pueden ser peores.

¿Por qué la salud mental es tan costosa y no puede ser para todos? Si las personas en el mundo tuvieran más compasión y cooperáramos todos en la ayuda humanitaria, más personas reducirían sus índices de violencia y quienes brindan ayuda aumentarían su autoestima. De hecho, algunas personas que brindan apoyo tienen problemas de depresión y la ayuda humanitaria ha aumentado su autoestima. Una de las cosas que aprendí fue que, si queremos cambiar al mundo, debemos empezar por nosotros mismos.

También es importante que los adultos aprendan inteligencia emocional para dar ejemplo a los niños porque la mayoría de ellos imita a los adultos. También es importante prestar más atención a los cambios de humor de los niños, ya que podemos detectar si nuestros hijos están sufriendo algún problema emocional o si algo más está sucediendo.

Aprender a reconocer estos problemas puede evitar la violencia infantil, una adolescencia complicada y, por supuesto, una adultez inestable. La ayuda humanitaria ocasiona crear más conciencia con nosotros mismos, reconectar con nosotros mismos. Ésa es la clave para un soporte emocional equilibrado.

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o de la autora.


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