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La Liga Comunista 23 de Septiembre nunca buscó el reconocimiento, sino la justicia e igualdad


Natalia Sánchez Martínez / Ciencias Políticas y Administración Pública Universidad Iberoamericana

A lo largo de la historia mexicana hemos escuchado anécdotas que hablan de que la implementación del sistema comunista lo único que ha traído como consecuencia son problemáticas complicadas de resolver debido a que muchas veces las clases sociales medias y altas de la sociedad no aceptan que ellos mismos son los represores de la libertad e igualdad en la clase social baja del país, ya que estas personas son quienes cargan con el trabajo más pesado para que los estratos sociales altos y medios vivan cómodamente; además, sufren de peor forma los estragos de las crisis económicas, sociales y políticas que se viven en México.   

A los movimientos armados, en México y en el mundo, siempre se les ha recriminado la manera poco convencional con la que deciden llevar a cabo sus luchas sociales y políticas debido a que recurren al uso de la fuerza y violencia física porque, de otra forma, jamás podrían lograr el bienestar social, la libertad, igualdad, la abolición de las clases sociales que tanto dividen a la sociedad, cambiar el paradigma e idea de que las personas con poder adquisitivo valen más que la gente que gana apenas el salario mínimo, la correcta representación de las personas que han sido marginadas y encarceladas de manera injusta en México.  

En este artículo nos referiremos a una agrupación llamada Liga Comunista 23 de Septiembre, que impactó y cambió la forma en la que se concebían los movimientos armados en México, así como la forma de hacer política. Precisamente el 15 de marzo de 1973 en Guadalajara, Jalisco, se fundó la Liga Comunista 23 de Septiembre, como propuesta de Ignacio Arturo Salas Obregón, alias “Oseas”, con la intención de unificar a las organizaciones existentes en ese entonces y construir en conjunto una fuerza política con dirección hacia la guerra de guerrillas y la lucha armada.  

Lo interesante de este grupo armado fue que surgió después del llamado Halconazo, en 1971, una masacre contra estudiantes. Este hecho trajo como consecuencia que el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el Partido Comunista (PCM), Partido de los Pobres de Lucio Cabañas, la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria de Genaro Vázquez y la Liga Comunista 23 de Septiembre se unieran con la intención de luchar por un cambio en la sociedad en la que vivían y la forma de hacer política, así como las diferentes estrategias que utilizaban para llevar a cabo sus actos, como fueron el papel de la violencia física, la lucha obrera, los secuestros, entre otros. 

Este movimiento fue sumamente importante porque se conformó por una agrupación guerrillera que marcó la historia política y social de México, una agrupación marxista-leninista que tenía la intención de luchar por los ideales comunistas de la liberación del proletariado, el establecimiento de un gobierno socialista en el país y la destrucción de la burguesía, que gozaban de diversas libertades, mientras la clase baja era a la que se le afectaba. 

Esta Liga Comunista 23 de Septiembre surgió en la etapa de la llamada guerra sucia en la cual un movimiento de este nivel no era común ni aceptado por la sociedad de las clases altas y medias de México, porque buscaba la igualdad, la representación correcta y que se les tomara en cuenta en la toma de decisiones a las comunidades más pobres y marginadas del país, cosa que en los gobiernos no se lograba eficazmente.  

Esta Liga tenía como principios básicos el sistema comunista del cual hablaban Marx y Engels en su Manifiesto del Partido Comunista (1848), donde se explicaba que los socialistas son el sector más resuelto de los partidos obreros de todos los países, el que siempre impulsa a las demás personas; teóricamente, tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las condiciones de la marcha y de los resultados generales del movimiento proletario.

Además, nos dice que el proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital, a fin de centralizar todos los instrumentos de producción en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante y para aumentar, con la mayor rapidez posible, la suma de las fuerzas productivas.

Entre los acontecimientos más importantes que esta agrupación realizó fue el intento de secuestro al empresario y filántropo mexicano Eugenio Garza Sada, cofundador de la Cervecería Cuauhtémoc e integrante representativo del grupo de empresarios que fundaron el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

El 17 de septiembre de 1973, cuando la Liga comunista 23 de Septiembre lo secuestró lo hizo con la intención de lograr negociar la liberación de presos políticos de la organización y financiamiento para sus actividades políticas, pero lo que no tenían contemplado al momento de llevar a cabo este secuestro fue que Eugenio Garza Sada moriría debido a un enfrentamiento entre los guardaespaldas del empresario y miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre.

La muerte de este empresario tuvo grandes repercusiones políticas contra este movimiento armado debido a que Eugenio Garza Sada tenía muchísimo poder e influencia sobre la economía mexicana y su muerte no fue del agrado del gobierno, así como del sector privado mexicano.

Como consecuencia de estos hechos, el presidente Luis Echeverría Álvarez decidió que para que los empresarios volvieran a ganar confianza en la buena administración de su gobierno endurecería su política represiva contra los grupos armados y que, a partir de ese momento, no permitiría ninguna negociación de futuros secuestros con carácter político.

Estas medidas fueron duras, pero necesarias para calmar el conflicto interno que se estaba generando en el país porque, honestamente, el asesinato de una persona, sin importar su profesión, clase social o afiliación política, debe ser penado y no dejarlo en el olvido porque son personas que merecen un trato digno. Esto, en vez de ser un logro, fue un acto sumamente vil debido a que nadie merece la muerte.

Otro de los hechos interesantes que este grupo armado logró fue la fuga del penal de Oblatos, que tenía el objetivo de lograr el rescate de sus demás integrantes recluidos en diferentes prisiones del país y reforzar su estructura de nueva cuenta.

Esta fuga fue el 22 de enero de 1976 en el penal Oblatos, en Guadalajara, Jalisco. La seguridad del penal fue burlada, con lo que se logró que seis guerrilleros escaparan.

Estos guerrilleros fueron Antonio Orozco Michel "el Michel", Mario Álvaro Cartagena López "Guaymas", Enrique Guillermo Pérez Mora "Tenebras", Trinidad Villegas Vargas "el Billetes", Armando Escalante Morales "el Loco Escalante", y Francisco Mercado Espinoza "el Flaco", quienes retomaron sus actividades guerrilleras, pero poco tiempo después fueron torturaros, desaparecidos o asesinados debido a que éstas eran las únicas formas de terminar con la oposición armada.

Como consecuencia de que a los miembros de este movimiento armado se les desaparecía, asesinaba o torturaba recurrieron a la fuga, lo que representó para la Liga Comunista 23 de Septiembre una liberación a medias debido a que a lo largo de toda su lucha se les había reprimido de formas inhumanas, sus ideales habían sido considerados como peligrosos y de izquierda radical, lo cual incomodaba a los entes políticos más poderosos de México, que es el caso del presidente Luis Echeverría Álvarez, quien se oponía a este movimiento y en su gobierno fue cuando se les mandó a desaparecer sin saber, hasta el día de hoy, qué pasó con estas personas.

Volviendo al tema que nos compete, es sumamente importante mencionar que la determinación, el temple, el esfuerzo y la valentía que los miembros de este movimiento mantuvieron a lo largo de su lucha fue admirable porque se decidieron alzar en armas en contra del gobierno represivo de Echeverría.

Sin importar si perdían la vida en el camino, ellos estaban seguros y convencidos de que su lucha obtendría los objetivos deseados en un futuro, entre ellos, construir y abrirse paso en la sociedad a la que pertenecían donde no eran tomados en cuenta.

Las lecciones que este movimiento social nos deja son que las luchas, sean armadas o no, cuando tienen una causa siempre van a valer la pena porque de una u otra forma logran reivindicar a los caídos de estos movimientos debido a que a las generaciones futuras no se les olvida qué sucedió y seguir con esta lucha social por lograr un mundo mejor.

Las nuevas generaciones deben apostarle al ideal de un mundo nuevo y mejor por medio de la lucha constante contra los diversos actores políticos que se presentan en un país. Debemos aspirar a lograr el cambio verdadero por medio de nuestras acciones que beneficien, en todo momento, a la sociedad a fin de poder morir en un país mejor del que nacimos.

Finalmente, puedo decir que a pesar de que estemos o no de acuerdo con los métodos a los que estos guerrilleros recurrieron para luchar por sus derechos, representación social y política, oponerse y enfrentar a las fuerzas policiacas y militares fue algo que hoy en día ha tenido peso social y que nos ha enseñado que, si no era en ese momento, entonces cuándo, y si no eran ellos, entonces nunca se hubiera avanzado en la sociedad y la forma de hacer política en México.

Debemos dejar en claro que muchas veces el gobierno no escucha, como en este caso, y en muchos actualmente, debido al miedo que representa que su pueblo se levante en armas para exigir lo mínimo que se les debe otorgar. No atienden ni resuelven los problemas de los mexicanos, pero esto nos sirve de incentivo para seguir con la lucha y no parar hasta que veamos que todo el esfuerzo de nuestros compañeros desaparecidos y asesinados, así como el nuestro como juventud, rinde frutos.

Al final, lo único que determina si estos guerrilleros pertenecientes a la Liga Comunista 23 de Septiembre lograron ser aliados o adversarios de que se diera un cambio político y social en México será evaluado por cada persona y la propia historia.

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o de la autora.


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