A lo largo de la historia, los acervos bibliográficos han sido fuentes de conocimiento que ayudaron a la humanidad a adquirir conocimientos nuevos; lamentablemente, en el pasado, debido a las guerras por conquistas, muchas de las bibliotecas milenarias desaparecieron y con ellas el conocimiento adquirido con años de trabajo. Ahora, cuando hablamos de acervos bibliográficos nos referimos al conjunto de textos catalogados y concentrados en un mismo lugar.
Un lugar que muchos conocemos, pero que muy pocos visitamos, es la biblioteca. Una biblioteca es fuente valiosa de conocimiento para la difusión y divulgación de la cultura y la ciencia; si bien es cierto que un acervo no crea en automático una biblioteca, una biblioteca no puede existir sin un acervo; además del acervo, una biblioteca no puede prescindir de personal y espacios para consultar información.
Las bibliotecas son importantes para una sociedad porque ayudan a la democratización del saber, además de ser parte indispensable del sistema educativo. Una biblioteca bien establecida es esencial en cualquier institución académica como punto focal para la enseñanza, el aprendizaje y la investigación; se espera que proporcione recursos de información veraces, abundantes y válidos.
Con el surgimiento de la tecnología digital, las bibliotecas académicas luchan por sobrevivir como la principal fuente de consulta. La tecnología digital ha revolucionado no solo la forma en que se empaqueta, procesa, almacena y difunde la información, sino también la forma en que los usuarios la buscan y acceden a ella. Las bibliotecas académicas ya no se limitan a servicios de impresión como desarrollo de colecciones, catalogación, clasificación, circulación, servicios de referencia, difusión selectiva y otros servicios bibliográficos, sino que han ampliado sus esfuerzos a conceptos interdisciplinarios de software y hardware informático a fin de tener un catálogo único, amplio y confiable de plataformas con documentos académicos online: investigaciones científicas, revistas científicas, ensayos, manuales, análisis, tesis y papers.
La Ciudad de México tiene diversas bibliotecas, una de las más importantes es la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México, que abrió sus puertas por primera vez el 5 de abril de 1956; desde entonces ha sido de gran utilidad para el estudiantado, no solo de la UNAM, si no del país. Una de las funciones de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México es la facilidad que brinda para la consulta abierta de sus colecciones. En su página web se difunde su misión:
“Proporcionar a la comunidad universitaria recursos documentales y servicios de información, de manera eficiente y oportuna, que permitan apoyar las tareas sustantivas de la Universidad de docencia, investigación y difusión y extensión de la cultura, así como hacer extensivos estos beneficios a la sociedad en general”.
Esta misión, sin lugar a duda, la ha cumplido durante 66 años. La Biblbioteca Central ha ayudado, a lo largo de ese tiempo, a estudiantes de bajos recursos a tener acceso a la información, así como a material escolar y cultura.
Debido a sus colecciones documentales y a los servicios de información, la Biblioteca Central de la UNAM ayuda a la materialización de la vocación académica de la comunidad universitaria, así como cubrir la demanda de información de los universitarios en los campos de la ciencia, la tecnología y las humanidades.
Además, la Biblbioteca Central de la UNAM genera un ambiente propicio para el estudio, la investigación y reflexión, convirtiendose así en un lugar privilegiado para los estudiantes y académicos.
La Biblioteca Central de la UNAM es un espacio incluyente que brinda servicios adecuados y facilidades de acceso a la información a los estudiantes que tienen alguna discapacidad. Al tener un acervo bibliográfico de un poco más de 358,000 títulos con 620,000 volúmenes, la Biblioteca Central es de las más importantes del país. Por las características mencionadas, la Biblioteca Central es el lugar privilegiado para el desarrollo académico de sus usuarios y una referencia de encuentro de la comunidad universitaria en general.
La Universidad Nacional Autónoma de México es la más grande y reconocida del país; al ser una institución de educación pública muchos de los estudiantes no pueden acceder a libros o a plataformas de investigación debido a barreras económicas que existen; las bibliotecas de la UNAM ayudan a que muchos estudiantes, de todas las carreras, tengan acceso a la información y puedan nutrir su mente de conocimientos.
La carrera de Derecho requiere de lectura y conocimiento constante, no solo para obtener los conocimientos necesarios en el día a día, sino también para aumentar el vocabulario y el bagaje cultural. Al ser estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México en la Licenciatura de Derecho en Modalidad a Distancia y a modo de conclusión, puedo decir y dar fe de que las bibliotecas, tanto digitales como físicas, son de gran utilidad en nuestra formación y en nuestra vida académica. La carrera en Derecho es una de las más demandadas en este país, sin embargo, los libros que se requieren son caros y a veces difíciles de conseguir en cualquier sitio. La Biblioteca Central de la UNAM, así como las demás que hay en el Campus me han dotado del conocimiento e información necesaria para poder realizar mis actividades e investigaciones.
La Biblioteca Digital que tiene la UNAM es un salvavidas para los estudiantes foráneos y de otros estados, ya que cuentan con un acervo importante de libros de derecho y otras carreras, no podría imaginar mi vida académica sin el uso de esa herramienta ya que me ha dotado de conocimiento, que muy difícilmente podría acceder por el costo que representaría comprar los libros o trasladarme hasta la Ciudad de México diariamente. No tengo duda que el uso de las bibliotecas es un acierto en la vida estudiantil, académica y profesional.
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