La UNAM sobrevivirá, no lo digo como un deseo, sino como un recordatorio.
El pasado 16 de febrero, la ministra Jazmín Esquivel, orgullosamente graduada a nivel bachillerato, tramitó un amparo en contra de los lineamientos para la integración, conformación y registro del Comité de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Dicho comité es el encargado de hacer las investigaciones para determinar si la presunta ministra plagió la tesis presentada un año antes por el abogado Edgar Ulises Báez Gutiérrez. Habrá que recordar que la UNAM había citado a la ministra para que presentara sus argumentos.
Al final, el juez quinto de distrito en materia administrativa le concedió su añorada suspensión, lo que imposibilitó a la casa de estudios pronunciar su veredicto sobre el plagio de la tesis.
Con los hechos presentados parecería que la ministra ganó su batalla, pero en el fondo las cosas no son tan sencillas como aparentan y, en realidad, la ministra está en apuros.
1. La ministra presidenta de nuestro tribunal constitucional, Norma Piña Hernández, puso a consulta del Pleno la vigencia del Acuerdo general plenario 9/2005, que versa sobre la posibilidad de dar trámite a las denuncias presentadas ante la Suprema Corte en contra de la ministra Yasmín Esquivel.
- Que la ministra presidenta ponga dicho tema sobre la mesa es una exposición directa hacia el caso de la ministra (que no es lo mismo que ataque), ya que está enunciando la competencia del Pleno para emitir resolución en caso de faltas de los ministros. El estudio para indicar cómo proceder con las denuncias se turnó al ministro Alcántara Carrancá.
2. El 23 de febrero, un tribunal admitió las quejas que interpuso la UNAM en contra de la dicha suspensión. Esto significa que el tribunal podría revocar la medida cautelar impuesta por la ministra.
3. Al día siguiente de que se admitieran dichas quejas, el diario El País reveló una investigación que afirma que la ministra también habría plagiado su tesis de doctorado hasta en un 46.5% presentada en la Universidad Anáhuac.
4. Si al final todo cae en su lugar y las denuncias presentadas ante la Corte, así como la revocación a la suspensión se admiten, la ministra no tendría mucho con qué defenderse ni como ministra constitucionalmente legitimada, ni como abogada.
La UNAM sobrevivirá, no lo digo como un deseo, sino como un recordatorio.
La UNAM, siendo la máxima casa de estudios de este país y, como lo indica en su nombre, autónoma, se ha visto envuelta en ataques por parte del poder de distintas magnitudes a lo largo de sus más de cien años de historia. Mucha sangre ha derramado la academia para poder mantener su voz en alto y sobre esos peldaños se forman las mentes del mañana.
Ninguna influencia que intente silenciar las voces de los pensadores del mundo prosperará, porque las ideas tienen consecuencia, siembran a lo largo de su población el deseo por un México mejor, uno donde no haya tramposos tomando las decisiones más importantes en materia constitucional; uno donde cualquiera que haya cometido una ilegalidad aprovechándose de su puesto público sea juzgado en territorio nacional y donde se obtenga justicia cierta y a tiempo.
Un puesto público no se toma para robar, no se toma para blindarse y no se toma para silenciar las voces opositoras. Un puesto público se toma para servir a las personas que componen la patria, y si no lo hicieren así que la nación se los demande.
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