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Límites y alcances de la adopción de modelos Open Banking en México


Alberto Báez Jiménez, Economía ITAM

La era de la democratización de la información financiera llegó. El Open Banking o banca abierta es la apertura de la información de la industria financiera, a través de interfaces de programación de aplicaciones (APIs) que permiten a los usuarios compartir su información con terceros para personalizar sus productos y servicios financieros (Finerio, 2022).

Dentro de los beneficios que se obtienen está el acceso a herramientas más completas para mejorar la administración de las finanzas personales, mejores tasas de interés en un crédito, procesos de contratación más fluidos y rápidos, mejores protocolos de seguridad, entre otros.  

Aunque en los últimos años la población mexicana cada vez ha tenido mayor acceso a servicios financieros, México aún tiene un rezago significativo en comparación con EUA y otros países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo. La evidencia de esto es que los créditos otorgados a particulares como porcentaje del PIB representan solo el 62% en 2021, cuando ese mismo dato para EUA es de 258% (Banco Mundial, 2021). Esto quiere decir que la economía mexicana tiene una gran área de oportunidad en el sector financiero.

En México, los créditos otorgados a particulares son bajos en comparación con otros países, lo que se traduce en poca confianza en el sistema financiero y baja inversión

El Open Banking es la oportunidad que México puede aprovechar para desarrollar su mercado financiero, eliminar el rezago y la desconfianza. Este modelo que reinventa (pero no reemplaza) la banca tradicional ha sido probado con éxito en ambientes financieros maduros como el de Europa. Además, las tendencias internacionales apuntan a que el sector financiero del futuro abrazará de lleno a la banca abierta por los diversos beneficios que implica. 

Estos beneficios se traducen en mayor innovación y competencia entre las instituciones financieras y en mejores herramientas para que los consumidores particulares y las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas administren sus finanzas de una manera integral (Finerio, 2022).  

Aunque las perspectivas mundiales apuntan al despegue del uso de Open Banking, en Latinoamérica el proceso será más lento por la falta de infraestructura 

Sin embargo, el Open Banking aún tiene que superar varios retos para que el paradigma sea adoptado plenamente por el mercado mexicano. Los principales retos que enfrenta la banca abierta en México son la falta de infraestructura y las regulaciones. 

Por un lado, a nivel legislación, el país va a la vanguardia: en 2018 se publicó la Ley Fintech, que establece en el artículo 76 que todas las entidades financieras están obligadas a habilitar APIs para el intercambio de información. El reto, entonces, recae en las empresas, pues deberán cumplir las regulaciones a cabalidad para poder operar, lo que implica robustecer y mejorar la infraestructura existente en el mercado para que ésta sea fidedigna.

Otro de los retos a los que se enfrenta este sector son las Big Techs, empresas gigantes de tecnología (Google, Apple, etc). Estas transnacionales (que han presentado un interés importante en irrumpir en el sistema financiero) ya tienen la infraestructura y el capital para cumplir a cabalidad cualquier requisito regulatorio. Dicho esto, su enfoque internacional será una barrera de entrada para que penetren en el mercado mexicano.

Como conclusión general, es importante crear un marco regulatorio que permita el desarrollo del Open Banking, pues es de los mejores caminos para bancarizar el país. Por ello, se recomienda dar seguimiento a las tendencias internacionales de regulación, fomentar y capacitar sobre el uso de recursos financieros a la población mexicana y dar continuidad a los proyectos de inclusión financiera desde la perspectiva de la banca abierta. 

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o de la autora. 


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