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Los costos directos e indirectos del narcotráfico en México


Pedro Huet

El narcotráfico es un proceso internacional que ha adquirido relevancia global durante las últimas tres décadas. Por su naturaleza, afecta en diferentes medidas a los países en dónde opera; ya que abarca diferentes procesos en los países de origen, tráfico y destino de narcóticos. Sin embargo, parece haber un concenso internacional entre prácticamente todos los países que esta práctica incurre en diferentes crímenes y efectos perjudiciales, como la producción, tráfico y venta de sustancias nocivas de forma ilícita, o los enfrentamientos armados que llega a provocar entre las autoridades y las bandas o carteles que llevan a cabo estos actos.

México es un caso paradigmático respecto a las consecuencias negativas extremas que puede llegar a generar el narcotráfico para una nación: la creación de carteles que fomentan redes de delincuencia; enfrentamientos armados espontáneos que involucran a múltiples cárteles, fuerzas de seguridad pública e incluso a poblaciones civiles, al igual que la pérdida anual de más de 30 mil vidas que perecen ante la violencia que provocan (INEGI, 2023). Por la naturaleza y magnitud de estos efectos negativos, al igual que la cobertura que reciben en los medios de comunicación, muchas veces nos quedamos con la idea que éstos son los costos principales que genera este fenómeno. Desafortunadamente, el narcotráfico genera numerosos costos adicionales que perjudican gravemente el desarrollo del país y que, de no tratarlos de forma decisiva, podrían llegar a sabotear el crecimiento de todo México. 

La primera serie de costos indirectos del narcotráfico tienen que ver con otras prácticas ilegales que cometen los narcotraficantes, pero que son menos visibles. La principal es un pago por “derecho de piso” o “seguridad”, en la cual los comercios en una localidad son extorsionados por los cárteles a darles un quota mensual por “permitirles operar” sin eventualidades. Este acto impone un costo adicional de producción a los negocios afectados, ya que tienen que pagar estos nuevos “impuestos” encima de los que exigen las autoridades nacionales. La solución para las víctimas es incrementar sus precios (para contrarrestar el cambio en la oferta), o salirse del mercado; ambas opciones resultando en precios más altos para consumidores locales y, dependiendo de la escala del proceso, nacionales. 

Otro costo importante que ocasiona el narcotráfico es la migración doméstica e internacional. En el momento en que los integrantes de una comunidad, en especial la juventud, se sienten asediados por los efectos negativos del narcotráfico, muchos tienden a optar por dejar sus comunidades en busca de oportunidades en regiones más seguras: ya sean las grandes ciudades, la capital u otro país. Al haber menos integrantes en ellas, las comunidades quedan prácticamente abandonadas y con menor potencial productivo y de actividades económicas, motivando al resto de la población a también irse. Los resultados de este proceso son nocivos, pues resulta en un círculo vicioso en la fuga de cerebros y fuerza laboral, lo cual ha demostrado que limita el crecimiento y desarrollo de las comunidades más marginadas, mientras que puede llegar a estancar el crecimiento nacional si el tema es generalizado.

Uno de los costos de los que menos se habla es de la mala imagen que genera el tráfico de drogas del país. Cuando los efectos negativos provocados por la presencia generalizada de cárteles se vuelven públicos, los medios y centros de investigación nacionales e internacionales tienden a estudiar los temas y reportar sobre la situación, difundiendo los datos e imágenes más llamativos (morbosos o alarmantes). Cuando estos materiales llegan a manos de un público extranjero en países desarrollados, pueden llegar a sorprender y preocupar a éste, ya que recibir información de que la situación de seguridad de una región distante contrasta mucho con la suya puede resultar en que construyan una concepción de que habitar en el territorio resulta en altos riesgos de ser afectados por el narcotráfico (Kahneman, 2011). El resultado es que menos personas de estos países podrían estar dispuestas en interactuar en el país por la imagen negativa, resultando en una disminución en el turismo que experimenta el país y de la inversión extranjera. 

Por lo anterior, observamos que la presencia del narcotráfico en México resulta en que el país incurra en numerosos costos que están limitando el crecimiento y desarrollo del país. Ante este reto, las generaciones futuras tendrán que decidir una estrategia para lidiar con éste: buscar alternativas para mitigar los síntomas negativos (i.e. emplear campañas internacionales de turismo, reducir impuestos en regiones con cárteles) o atacar de raíz el problema y acabar con los cárteles (crear oportunidades, negociar con sus miembros o emplear una campaña militar efectiva). 


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