En Mexico y su política actual a nivel Federal encontramos diversidad de riesgos tanto para su política como para la mejora de bienestar de vida en su población, en especial dos temas de gran impacto de dichos rubros.
En la lista de los riesgos priorizamos en importancia las finanzas públicas frágiles, encontrando su base en los números previstos por nuestro presidente presentados al inicio de su gobierno, teniendo un ingreso mucho menor al estimado, impulsando algo que él llama “un nuevo modelo económico”, cuya prioridad es la atención de brechas sociales a lo largo y ancho del país, ampliando programas sociales en todo el territorio, sin tener hasta el momento algún beneficio en dichos sectores; de manera contraria encontramos en los mismos datos del gobierno actual que el porcentaje de pobreza va en aumento.
Nuestro presiente guarda excusa y fuente de esta ineficacia en la economía actual en dos factores, el primero de ellos, que los gobiernos pasados y el porcentaje de negativa respuesta a su actual gobierno; el segundo, la ya conocida “pandemia del Covid-19”.
Todo lo anterior teniendo una base prácticamente nula, ya que son dos factores que no impactan de manera directa en las decisiones y estrategias impuestas por el mismo mandatario, siendo su discurso desde el día cero de su gobierno hasta la actualidad, nos podemos dar cuenta que los anteriores grupos políticos a cargo del pais no son los que toman las decisiones actuales, mucho menos imponen guías de toma de las mismas en nuestra economía actual, tomando como referencia la segunda base de impacto (la pandemia) es una situación a nivel mundial y es prácticamente lamentable y evidencia la incompetencia actual de nuestros órganos encargados de la economía, ya que la mayoría de los países en el mundo también fueron afectados por el mismo factor, es de notorio reconocimiento que ya sobrepasaron esa brecha de la economía en picada y están en total estabilidad económica, incluso alguno en mejores números antes de la pandemia.
Teniendo segundo en la lista de riesgos para nuestra política el aumento, día con día, de los delitos como homicidio, feminicidio y robo, que recaen directamente en el fortalecimiento de los grupos del crimen organizado, esto atendiendo a una de las estrategias más endebles que plantea nuestro presidente, la que él llama “abrazos, no balazos”.
Una estrategia sin pies ni cabeza, sin fundamento y sin resultados, encontrando aumento en los delitos ya mencionados y algunos otros de los cuales no hacemos referencia. Esto recae en la inseguridad nacional, inseguridad en diversos estados que causa pánico tanto a la sociedad que reside ahí, pero también afectando directamente al turismo y desarrollos extranjeros, encontrando ciudades de nuestro país en el ranking de las ciudades más peligrosas en el mundo, dejando entrever la eficacia de su “estrategia”.
Encontramos de igual manera un impacto enorme en lo que él prometió nunca pasaría en su mandato, la llamada militarización, teniendo estados y ciudades que ya cuentan con la Guardia Nacional y militares, desarrollando el papel de los elementos de seguridad policial, delimitando sus funciones, haciendo a un costado su poder y marcando un excesivo uso de facultades, ya que no tienen a su cuidado la seguridad directa de la población.
Con esto podemos entender, deducir y cuestionar las estrategias políticas que en la actualidad se está planteando nuestro gobierno y, como principal rector del bienestar social, nuestro presidente.