Lic. Irma Fernanda Zuñiga Vazquez
Titular de la Unidad Institucional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres de la Secretaría de Bienestar e Inclusión Social de Gobierno del Estado de Hidalgo.
La perspectiva de género se ha consolidado como la herramienta fundamental en los estudios sociales, que nos ofrece un enfoque crítico que permite cuestionar y analizar las estructuras de poder que sustentan las desigualdades entre los géneros. En las últimas décadas, la teoría del género ha evolucionado para convertirse en un campo interdisciplinario que abarca diversas disciplinas, desde la sociología hasta la filosofía y la política.
A través de un análisis de las principales teorías y enfoques que han dado forma a esta nueva disciplina, se pretende proporcionar una comprensión más profunda de cómo el género influye en la construcción de las identidades, roles sociales y estructuras de desigualdad, donde las luchas por la equidad de género continúan siendo un eje central en las agendas sociales y políticas.
El feminismo del siglo XX es un nuevo episodio y una nueva historia ya larga, y presenta la especificidad de haber producido, además de efectos políticos y sociales, efectos en el campo del conocimiento y efectos que se señalan o incluso se institucionalizan bajo la fómula de estudios feministas (pero también estudios sobre las mujeres, estudios femeninos, estudios de género).
El visibilizar las cuestiones por las cuales pasamos las mujeres, el evidenciar que tenemos brechas de desigualdad de género, y son estos precedentes, entre otros, los que han permitido darle apertura a las acciones que se han generado contemporaneamente, aquellas que van en pos de la igualdad sustantiva.
Cuando hablamos del enfoque de derechos humanos en la perspectiva de género, esta hace referncia al analisis de poder abordar las desigualdades de género pero a partir de la base de los derechos fundamentales que todas las personas deben obtener, sin importar su sexo, género, orientación sexual o identidad de género, tal y como no lo menciona el artículo 1º constitucional.
El enfoque de los derechos humanos en la perspectiva de género no solo se centra en la protección y promoción de los derechos de las mujeres, sino también en transformar las estructuras sociales y políticas que perpetúan las desigualdades de género. Este enfoque busca garantizar que todas las personas tengan acceso a las oportunidades y derechos que les corresponden.
Uno de los pilares fundamentales de la perspectiva de género es la noción de que el género no es un fenómeno biológico ni natural, sino una construcción social. A diferencia del sexo, que se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, el género hace referencia a los roles, normas y expectativas sociales asociadas a cada sexo. Esta distinción fue ampliamente discutida por la filósofa Simone de Beauvoir en su obra El segundo sexo. (1949), donde planteó la famosa frase: "No se nace mujer: se llega a serlo".
Según De Beauvoir, la identidad de género es el resultado de un proceso de socialización que impone a las mujeres y los hombres ciertas expectativas y comportamientos según su sexo asignado al nacer.
La teoría de género nos dice que cuando hablamos de género no hace referencia solo a las mujeres, ni es un concepto homologable del término mujer, sino que cuando decimos género se especifica tanto a mujeres como hombres.
Estas ideas avanzan y se difunden por diversos canales que antes se encontraban cerrados y a través de instituciones internacionales y nacionales de diversos tipos, no todas las personas que la aprenden y la aplican están de acuerdo, y me atrevo a decir que ni siquiera están comprometidos con ella. Por el contrario, la perspectiva de género es como una técnica más que solo se reduce a las mujeres y conceptualizado como la variable género o el componente género, y con esa visión las mujeres y hombres conocen la perspectiva de género de manera superficial y disminuida.
En los ultimos años, la perspectiva de género ha cobrado importancia la llamada capacitación de género, en las instituciones educativas, gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, en el sector privado, sin embargo muchas veces las capacitaciones no cumplen con los elementos suficientes porque no cuentan con la pedagogia necearia y quienes la predican desconocen completamente las teorías que respaldan la perspectiva de género, y a eso le sumanos el poco interés que pueden tener en los temas aquellas personas que toman decisiones, pero también sabemos que algunos logros que tenemos en nuestros espacios es que hay mujeres feministas que están impulsando diferentes acciones.
La perspectiva de género es una herramienta fundamental para entender y abordar las desigualdades que existen entre los géneros en diversas esferas de la sociedad. A lo largo de este ensayo, hemos explorado cómo las construcciones sociales, culturales y políticas han definido los roles y expectativas de hombres y mujeres, perpetuando estructuras de poder desiguales que afectan tanto a mujeres como a otras identidades de género no normativas.
El análisis de las bases teóricas de la perspectiva de género nos ha permitido comprender que el género no es una categoría biológica fija, sino una construcción social que influye profundamente en nuestras relaciones, oportunidades y derechos. Además, hemos visto cómo, a través del tiempo, las luchas feministas y de género han sido clave en la conquista de derechos y en la visibilización de las opresiones sufridas por las mujeres y otros grupos marginados.
El enfoque de género no solo debe ser visto como una cuestión de justicia social, sino también como una necesidad urgente para la construcción de sociedades más equitativas, inclusivas y respetuosas de la dignidad humana. A medida que avanzamos hacia un futuro más consciente y libre de discriminación, es fundamental seguir promoviendo políticas y prácticas que derrumben las barreras de género, promuevan la igualdad, el respeto mutuo y fomentar el empoderamiento de todas las personas, independientemente de su género.
La perspectiva de género no es una ideología más, ni un análisis que se endosa a las concepciones previas, y por supuesto no es solo una herramienta crítica, sino también una invitación a repensar y transformar las estructuras de poder para lograr un mundo donde todos, sin excepción, puedan vivir con igualdad de derechos y oportunidades.
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