Basura, residuos, desechos o desperdicios son términos usados para referirse a aquello que ya no tiene utilidad en nuestra vida y, por tanto, decidimos tirarlo. Existen diversas estrategias que nos ayudan a decidir qué es basura y qué no lo es, de igual manera se destina un lugar para colocarla, así como ciertas prácticas para separarla, llevarla a un camión recolector o simplemente dejarla en el espacio público.
¿Nos hemos preguntado qué sucede con todos nuestros residuos y el impacto que tienen en nuestro entorno?
Una vez que la basura sale al espacio público, se tienen otras prácticas con ella: se le asigna un nuevo valor o utilidad, entra en un proceso de clasificación, en donde por cada espacio nuevo al que llega se le da un manejo y tratamiento peculiar de acuerdo a estos espacios y al tipo de residuo.
Pasa por un filtro, es decir, se convierte en un objeto social, cultural y económico que permite verlo como un recurso económico, un problema ambiental o de salud, suciedad y desorden.
Durante el confinamiento sanitario de la pandemia por SARS COV-2 nos adaptamos a cambios en nuestro entorno de acuerdo con el contexto y condiciones de vida. Algunas prácticas se vieron modificadas por completo, otras cambiaron un poco, mientras que algunas permanecen intactas.
Es el caso de las prácticas que se realizan alrededor de la basura: todos seguimos produciendo basura, sin embargo, esta no permaneció en confinamiento. Diariamente generamos cientos de residuos y los trabajadores de limpia continuaron con su labor.
Este acontecimiento de salud mundial nos dejó claro que necesitamos más conciencia socioambiental respecto de cómo producimos y manejamos los objetos que desechamos y consideramos “basura”. Al salir de nuestros hogares, oficinas, escuelas, llegan a manos de personas que los van a manipular para que continúen con su recorrido, lleguen al sitio que les corresponda y culminen o sigan con su ciclo de vida.
Adicional al aumento de residuos durante el confinamiento sanitario, se incrementó el riesgo al que los recolectores de basura se exponen al hacer su trabajo, dado que al no existir una sólida cultura de la separación de los residuos que producimos diariamente, los ahora residuos COVID producidos son un riesgo latente de salud pública que afecta principalmente a los recolectores de basura.
Creemos que con sólo separar lo básico en nuestros residuos podría ser suficiente para que puedan ser reciclados o continuar con un trayecto, en el que alguien les encuentre un nuevo valor. El mundo de la separación va más allá de lo orgánico e inorgánico o bien, lo reciclable y no reciclable.
Si bien es una acción adecuada, siempre puede mejorar para que cada objeto sea tratado de manera adecuada, procurar su reciclaje y evitar que de residuo pase a basura o desecho y, por tanto, a relleno sanitario.
Para contribuir a la reducción de basura es recomendable separar los residuos en tres categorías: orgánicos, inorgánicos y no aprovechables. Y, a su vez, crear categorías para los inorgánicos que puedan ser aprovechables o reciclables.
Es aquí en donde entran objetos como el cartón, vidrio, plásticos, papel, aluminio, electrónicos, metales, para, posteriormente, encontrar un centro de reciclaje donde continúen con su ciclo de vida.
Finalmente, la problemática ambiental no termina con la buena gestión y separación de residuos; debemos mirar a las calles y tomar en cuenta la gran cantidad de basura que nos inunda diariamente, lo que conlleva a otras problemáticas como la proliferación de insectos, aves y mamíferos que pueden transmitir enfermedades como cólera, salmonelosis, dengue, entre otras, sin olvidar que éste es el principal factor que daña el drenaje, lo que provoca inundaciones y graves afectaciones en temporada de lluvia.
Optar por productos reutilizables para realizar diversas actividades cotidianas, aprender a reciclar y compostar ayuda a reducir el consumo de recursos renovables y de energía, además, fomentamos el trabajo digno de los trabajadores de limpia y procuramos el cuidado del medio ambiente.
Ser conscientes del tránsito que siguen nuestros residuos ayudará a mitigar el cambio climático y crear mejores condiciones de vida para el futuro.
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