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Situación de los adolescentes migrantes en Estados Unidos


DIEGO EMILIO RODRÍGUEZ MELO / COLABORADOR EN RADIO UNAM, GRUPO IMER, TEJIENDO REDES DE INFANCIA Y CANAL 22

El periodico New York Times documentó que más de 100 mil niños, niñas y adolescentes que llegaron solos a Estados Unidos desde el año pasado realizan trabajos peligrosos en ese país: obreros en fábricas, empacadores, repartidores de comida, lavaplatos, o desarrollan actividades no propias para su edad y que pueden afectar gravemente su salud.

Los infantes y adolescentes que llegan solos a Estados Unidos no tienen derechos laborales ni  adultos que los protejan  frente a este  tipo de actividades  y de posibles
abusos.

En verdad es preocupante que, en pleno siglo XXI, Estados Unidos, la primera potencia del mundo, permita este tipo de violaciones a las leyes de trabajo infantil en ese país.

Es algo muy lamentable. En entrevista con más de 100 menores migrantes en 20 estados de la Unión Americana se descubrió que todos estos menores trabajadores son obligados a laborar más de 10 horas todos los días sin ninguna garantía, ni siquiera para su salud. De hecho, estos menores trabajan en centros o fábricas donde se hacen algunos de los productos más conocidos de Estados Unidos.

Como se dan cuenta, en pleno siglo XXI, aun cuando se trate de los países más avanzados, hace falta mucho humanismo de los gobiernos del mundo para proteger a grupos vulnerables, como los infantes y adolescentes.

Este tipo de noticias no son comunes, pero deberían darse a conocer para que todo el mundo pueda enterarse de lo que pasa con los niños migrantes, en este caso, de Latinoamérica.

Un factor muy importante que hace más grave la situación es que la regularización de estos infantes y adolescentes pasa por muchos trámites burocráticos que en la mayoría de las veces no llegan a ningún resultado porque los requisitos que piden las autoridades para regularizar el estatus migratorio no son cumplidos por los migrantes y, mientras esto ocurre, el tiempo pasa, y obviamente, son más susceptibles de enfrentar peligros.

Yo, como niño, sugiero que las autoridades sean más sensibles y comprensivas con la situación que pasan los migrantes en sus países y en los países a donde llegan buscando mejorar su condición de vida. En concreto, tenemos que ser más humanos, más empáticos con nuestros semejantes.

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o de la autora.

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