Durante el último año, TikTok se convirtió en la aplicación más descargada a nivel mundial (Forbes, 2022). Sin embargo, la plataforma de entretenimiento tiene casi 10 años en el mercado. Su historia comenzó en 2014 con el lanzamiento de Musical.ly en Shanghái, la cual contaba con gran número de usuarios en Estados Unidos. Por su parte, en el año 2016 se lanzó otra aplicación llamada ByteDance, en China y Tailandia, atrayendo un público de más de 100 millones de personas. Esto provoco el deseo de expandirse a mercados occidentales, lo que se logró en 2018 a través de la compra de Musical.ly para ser renombrada como TikTok (BBC News, 2020).
En la actualidad el nombre de TikTok se encuentra en el centro de las disputas geopolíticas entre China y Estados Unidos. Esto comenzó cuando el gobierno estadounidense declaró que la plataforma china representaba un riesgo para su seguridad internacional por posibles nexos con el gobierno de Beijing, y debía ser prohibida, a pesar de que represente un mercado de millones de personas en el país.
No obstante, la razón de la importancia de TikTok en el panorama global no radica en su papel dentro del conflicto entre oriente y occidente, si no en el poderoso algoritmo que tienen la plataforma. Este se considera uno de los más avanzados productos de la inteligencia artificial en la tecnología de consumo, incluso por encima de sus competidores como Meta, a la hora de presentar el contenido de interés para sus respectivos usuarios.
A pesar de que TikTok se ha declarado como una plataforma apolítica, dentro de la aplicación se ha generado un espacio de formación ideológica tanto a la derecha como la izquierda. TikTok ha sido el lugar donde se han gestado diversos movimientos políticos a nivel mundial, tales como el falso mitin de Trump en Oklahoma, Estados Unidos; la difusión de imágenes de brutalidad policiaca durante las protestas de Black Lives Matter, y las protestas en Myanmar en contra de la dictadura militar. Debido a esto, analistas han considerado que las generaciones más jóvenes a través de TikTok serán el motor de cambio en las sociedades.
Sin embargo, es precisamente este exitoso algoritmo lo que también ha generado preocupaciones, ya que la plataforma es capaz de crear un entorno de educación política hostil, donde las opiniones se refuerzan en lugar de cuestionarse. El activismo político que ocurre en la aplicación solo se dirige a espectadores que han interactuado previamente con contenido similar.
Esto significa que quienes comparten ideas con cierta tendencia política solo serán bombardeados con perspectivas similares, perpetuando diferentes tipos de burbujas ideológicas tanto en la derecha como en la izquierda.
Lo anterior no significa que TikTok no pueda ser un espacio seguro y entretenido, sino que se debe reconocer que esta plataforma y el resto de las redes sociales ofrecen contenidos que han sido previamente curados hacia la propia tendencia ideológica de preferencia del usuario.
Es por ello importante reconocer este sesgo a la hora de utilizar plataformas de información para formar posturas políticas respecto de un tema.
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