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Tu desinterés político, literalmente, te puede matar


Alejandro Sánchez Castro

En la actualidad el hombre se ha cuestionado sobre el fin de la historia debido a que después de la caída del muro de Berlín, las ideologías, la pasión por dirigir, entre otras acciones, han ido desapareciendo. Hoy en las escuelas solamente repiten la historia de siempre, sin permitir a sus alumnos pensar e innovar, aunque sea utópicamente, ideas por las que el hombre en el siglo pasado se esmeraba; hay una crisis y es notorio.

El ser humano ya soslayó todo lo relacionado con la política, ya no le interesa, se puede llegar a pensar que se "hartó", deja a ciegas las decisiones de su comunidad en manos de candidatos que para empeorar las cosas fueron elegidos torpemente (por su carisma, su físico, su descendencia, etcétera) o por interés (el famoso clientelismo donde recibes recompensaciones a cambio de votar en favor de algún candidato).

¿Por qué sucede así? Porque las personas empezaron a tomarle menor importancia al bello arte de la política y preocuparse más por su vida profesional, saber si su mascota ya comió o quién será el nuevo director técnico de su equipo favorito de futbol.

Una de las ideas que me surgen para responder esto (y como ya mencioné con anterioridad) es que el hombre se cansó de recibir siempre lo mismo, de ver lo mismo, pero con diferente cara y color. Se desesperó de no ser escuchado, de las mil rutinas políticas que año tras año parecieran nunca van a terminar. En dos palabras: “se hartó”.

Otra causa sería la tremenda y rápida comunicación que se tiene hoy, porque no dejamos de procesar bien la noticia del día cuando ya en unas horas estás recibiendo en la palma de tu mano otra noticia, haciendo que olvides o le restes importancia a la primera, lo que da a luz a un humano incapaz de razonar.

Pero la historia es grande y, aunque en estos días ya no le tomemos mucha importancia, es la propia política la que nos enseña a no volver a repetirla. ¿Qué consecuencias provoca que dejes de interesarte en tu política? Pues que pongas en el poder a personas que tomarán decisiones por ti, decisiones que ya no serán evaluadas ni analizadas por ti (el ser supremo del Estado), mostrándoles a los próximos candidatos que nadie tiene o que muy pocos tienen control  sobre ellos.

También sabrán que nadie analiza ni cuestiona sus decisiones, lo que orillará a crear mentes incompetentes con poca iniciativa, generando una idea errónea en los candidatos que luchan por obtener un puesto público, una idea generalizada donde piensan que no importa qué tan profesionales o estudiados sean, al fin y acabo pueden ganar ese puesto ansiado porque al final del día se van con el mejor postor.

Así entonces, llegará un alto funcionario incompetente que tome decisiones que él sabe no serán analizadas ni vigiladas porque ya nadie tiene interés en la política, hasta que pasa la tragedia.

Hace algunos años la historia nos recuerda al oído lo importante que es tenerla presente para evitar tragedias similares. Recordar las veces que a una comunidad no le interesó más su organización política, como lo sucedido el 4 de agosto del 2020, un país con una crisis política entre sus ciudadanos, al no importarles las decisiones de sus funcionarios, una decisión que no fue tomada y desmembrada por la ciudadanía libanesa sobre 2000 toneladas de nitrato de amonio colocadas en un lugar equivocado, al fin -¿por qué yo?- que ahí están mis funcionarios.

Lamentablemente, esos pensamientos de desinterés político no acabaron únicamente con vidas humanas (cuya protección es el principal objetivo del Estado) porque sumó problemas a su economía al destruir su puerto marítimo.

Sí, la incompetencia de su alto funcionario elegido y no vigilado por el pueblo acabó con media ciudad, surgiendo de ese hecho una nueva historia que tendrá que estar ahí "clavada" recordándoles a los ciudadanos libaneses: "necesito poner más atención en el sistema político de mi país, en las decisiones que se toman y en los líderes que escogemos". La incompetencia ya había llegado en sus funcionarios desde hacía mucho por el desinterés de sus ciudadanos en su vida política y, desafortunadamente, la tragedia los alcanzó.

Por eso es importante empezar a dejar nuestra indiferencia a un lado, cuidémonos.

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o autora.


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