Desde el principio del ser humano, sabemos que como especie hemos sido diferentes de los demás seres con los que compartimos el universo. Sin embargo, no somos los únicos que notamos esto, ya que hasta el más pequeño ser sensible, como lo es un perro, se da cuenta que no es una hormiga, o que no es un gato y mucho menos que no es un humano.
Empero, las similitudes terminan ahí, ya que el ser humano, por su naturaleza racional, es el único ser que logra preguntarse el porqué es que somos diferentes a los demás y no solamente resignarnos a admitir que lo somos; en una palabra, preguntarnos qué nos hace SER humanos.
Esta es una cuestión abordada por autores de diversas ramas, épocas y lugares. Sin embargo, por medio de este texto se busca analizar una de las respuestas que, entre otras cosas, se le ha dado a esta diferencia que tenemos con los animales.
Tal diferencia consiste en que el ser humano sabe que morirá y no solo muere como sucede con los otros tipos de vida que existen.
Saber que vamos a morir cambia las cosas. Para empezar, nos hace reflexionar en el tiempo limitado que tenemos y qué haremos con él. Si tenemos vida, entonces que es la vida, de dónde viene y que es la muerte. En pocas palabras, nos hace hacer ciencia y filosofía para dar respuestas y generar nuevas preguntas.
Nos permite cuestionarnos, valorar lo que tenemos y lo que nos motiva. Nos vuelve inquietos frente a la adversidad y frente al aburrimiento, nos permite desarrollarnos y ser libres, salir del ciclo de nacer, crecer, reproducirnos y morir. Nos brinda amor propio y amor al prójimo, es decir, nos hace ser humanos.
Este conocimiento tiene la facultad de que el hecho innegable, seguro e ineludible de que vamos a morir, cobre sentido, que pase de ser un hecho a ser un acto mediante el cual la voluntad del particular tome un papel mucho mayor con el fin de luchar contra esta inmediatez que es la vida.
Es por eso que los conocimientos han ido pasando de generación en generación, que cada día nos levantemos con el propósito de superarnos a nosotros mismos y buscar el reconocimiento de los demás, ya que saber que no solamente estamos de pasada por el mundo, sino probar que nuestra vida tiene un sentido y que no queremos morir vacíos de significado y de propósito logra que nuestra especie sea consciente de sus actos, que es característica única del ser humano.
Tras el breve análisis anterior, podemos reflexionar que una de las principales características que nos diferencia de los animales es que, a través de nuestra inteligencia superior, somos capaces de entender un peculiar hecho que no lo pueden hacer los demás seres con los que convivimos: saber que vamos a morir, detalle que genera, consciente e inconscientemente, una incertidumbre en nuestra mente que nos impulsa a construir o cambiar (o en algunos casos destruir) lo que somos.
Esto es lo que genera un progreso y un avance en la sociedad, un avance en la especie humana, una lucha contra el olvido y una alternativa a la muerte. Desde generar la rueda para transportarnos, hasta llegar a la Luna. Y precisamente es este hecho lo que nos hace humanos.
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