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Vivienda y la propuesta del presidente


Vidal Llerenas

La propuesta de AMLO en materia de vivienda abre un debate interesante con respecto al tema. Se propone la posibilidad de que el Infonavit construya vivienda, de que se ofrezca a los trabajadores la alternativa de la renta, con opción a compra, y que las personas reciban apoyos para la mejora de su vivienda como un derecho. Se abre la opción de que el Infonavit construya vivienda, algo que sucedía hace décadas, en este caso para rentarla, así como establecer en la Constitución el concepto de apoyo al mejoramiento de vivienda.

Dos cosas a resaltar: una buena parte de esos conceptos pudieron ser establecidos en una reforma de la legislación secundaria, eso permitirá mejor regulación de la materia. La otra es que el artículo constitucional que se propone modificar no fue el 4, para que el derecho a la vivienda fuera general, sino el 123, por lo que la vivienda en realidad se sigue regulando como un derecho de los trabajadores, no de toda la población. Se sabe que es complicado que el paquete de las reformas se apruebe, por eso fueron enviadas como iniciativas constitucionales, pero sí puede ser un punto de partida para discutir temas sustanciales, como el de vivienda, que requiere repensarse y plantear nuevas políticas para el futuro. 

Por distintas razones, la producción de vivienda social disminuyó de manera importante durante esta administración. En 2010 construimos 250 mil viviendas populares, en 2017 alrededor de 136 mil, en 2022 solamente 56 mil. Por supuesto, la crisis del Covid influyó, pero también otros factores como el retiro del subsidio a la construcción de vivienda nueva, menos apoyos de créditos puente por parte de la banca de desarrollo, más restricciones a la vivienda financiada por el Infonavit, crecientes regulaciones a nivel local y la poca capacidad de la banca de expandir el financiamiento hipotecario a nuevos sectores de la población. 

La producción de vivienda residencial también disminuyó, pero no en la misma magnitud, por lo que se incrementó la disparidad en la capacidad de poder acceder a una vivienda entre personas de distintos ingresos. La menor producción de vivienda social necesariamente tiene un impacto negativo en el ordenamiento de las ciudades y es una amenaza para el suelo de conservación, porque las personas siempre van a buscar un lugar en donde vivir. 

Los subsidios a la vivienda nueva se destinaron a la mejora y a la auto producción de vivienda, el problema es que esta actividad actualmente se realiza sin supervisión, lo que implica riesgos de desvío de los recursos e incluso de protección civil. Atender lo asentamientos que existen y mejorarlos, así como apoyar la auto producción es deseable y necesario, es lo que requiere un sector de la población, pero la asistencia técnica y la regulación de la tenencia de la tierra deben ser parte de dicha política. 

En las próximas fechas se va a presentar un estudio diagnóstico de la Canadevi con propuestas para el sector, en la cual se advierte de la necesidad de incrementar la oferta de vivienda accesible en el país, de acuerdo con las necesidades de los distintos tipos de población. 

Una propuesta es, precisamente, incrementar la producción y mejorar el acceso a la vivienda en renta, y poder utilizar el ahorro del trabajador en el Infonavit para que sirva de garantía de renta y para financiar esquemas de arrendamiento que después, en ciertos casos, se conviertan en compra definitiva. 

Se requiere que los esquemas del Infonavit, así como otro tipo de apoyos, fomenten la construcción de viviendas para renta por parte de privados, de organismos de vivienda estatales y otros actores sociales como las cooperativas y los sindicatos. Es polémico el hecho de proponer que el Infonavit construya vivienda para renta, por las dificultades logísticas de esa política, pero, en todo caso, la mayor oferta de vivienda en renta, impulsada por el Infonavit y otras instituciones públicas tendría que ser una tarea compartida con el sector privado y los gobiernos locales para que pueda expandirse en el corto plazo. 

Urge construir más vivienda para renta, pero también más vivienda asequible para compra, ubicada en las áreas centrales de las ciudades, sustentable, bien provistas de servicios y transporte. En los diálogos de la candidata Sheinbaum se propone construir 100 mil viviendas asequibles al año, se trata de una meta realista, que duplicaría la producción actual. Para eso se requiere mantener ciertas políticas para regular mejor el suelo, pero también recuperar otras de administraciones anteriores para mejorar el financiamiento y generar una buena coordinación, nuevas instituciones y mecanismos de gobernanza entre actores nacionales, locales y la industria.  


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