La niña que escribió su historia en hilos de seda

Isabel, desde niña, escribe en un telar su historia. De la sierra norte de Oaxaca, en San Pedro Cajonos, es Isabel Fernández. Junto con siete hermanos ayudaba a su mamá a cultivar gusanos de seda, mientras el padre trabajaba en la “milpa”, sembrando maíz, calabaza… “Yo recuerdo que mi mamá me mandaba a traer hoja de mora, que es alimento de los gusanos, y no quería ir, no me gustaba; además no comen poquito, comen bastante; hay que llenar costales”.

Dinastía de tejedoras

La mamá de Isabel empezó a criar a los gusanos y recolectar sus capullos. “Vendía listones para entrelazar el cabello, mi hermano le decía que eso no servía, que nadie se lo iba a comprar, que estaba muy feo, y cuando se dio cuenta que sí se los compraban se arrepintió de lo que le había dicho a mi mamá. Ahora todo el pueblo, gracias al ejemplo de mi mamá, se dedica al tejido del gusano de seda.”

Isabel cuenta que sus hermanas se han dedicado a tejer toda su vida el hilo de gusano de seda, primero cosas pequeñas, después hasta vestidos hechos en telar de cintura. “Yo me vine desde hace 30 años para la ciudad, no me quise quedar allá en el pueblo. Empecé limpiando casas, no me llamaba la atención tejer, hasta que un día que estaba yo allá en San Pedro, un señor puso el hilo en un microscopio, me asomé y vi unos destellos dorados que salían del hilo; no sé qué era, pero sentí algo muy bonito, vi que ahí había algo. Desde entonces empecé a elaborar accesorios con el hilo de gusano de seda: aretes, collares, pulseras. Mis hermanas me traen el hilo y yo lo voy tejiendo con el malacate”.

Proceso de elaboración

El proceso de la familia Fernández es el tradicional; todos se dedican a criar el gusano de seda, desde los huevecillos de las mariposas.

Existen dos tipos de capullos, unos de color amarillo intenso y otros totalmente blancos. Una vez formados los gusanos, hay que alimentarlos con hojas del árbol de mora; este proceso lleva aproximadamente 20 días. También se debe cuidar los árboles que proporcionan esta comida.

Al final de su ciclo evolutivo, los gusanos ya están listos para formar los capullos de donde se obtendrá el hilo de seda. Cuando los gusanos se convierten en mariposa y abandonan el capullo, empieza el proceso.

Se lava y hierve el capullo para empezarlo a hilar manualmente con el malacate o en el telar de cintura. También hay un complejo proceso para dar color a las prendas. Se obtienen de colorantes naturales.

Rebozos, blusas, camisas o vestidos hechos por manos zapotecas requieren de tiempo y proceso, desde la crianza hasta el teñido, cuyo resultado se refleja en el precio.

¿En dónde venden su mercancía?

Cuando hay alguna feria o alguna oportunidad de venir acá a vender, vamos a donde nos inviten, allá en el pueblo es trabajoso, y más ahora con la pandemia. No había nada, no vendimos nada en todo el año, fue muy difícil. Todo se paró, no habíamos vendido hasta ahora en esta expo de arte textil mexicano.

¿La gente valora su trabajo, les paga lo justo?

Sí, ahora más que antes, ya no regatean tanto. Por ejemplo, para hacer un vestido nos llevamos alrededor de seis meses, empezando desde cero, todo está hecho a mano, con hilo de seda de gusano natural. Es lo que a veces no toman en cuenta. Lo que sí pedimos es que nos ayuden para ir a lugares y vender nuestra mercancía.

¿Hablan todavía alguna lengua originaria?

Sí, zapoteco. Yo lo hablo con mi hermana y mi hija lo entiende. Cuando llegué a la ciudad me daba pena hablarlo, me miraban feo, ahora no, ya no me importa. Hay veces que no pronuncio bien algunas palabras en español, me corregían y me molestaba. Ahora no; sé que es para mejorar todos los días.

Santuario del gusano

Recientemente se creó en San Pedro Cajonos, Oaxaca, un referente para la creación y conservación del gusano de seda, gracias al apoyo de las familias productoras de seda: el Santuario del gusano de seda, cuya labor es, además de proteger el patrimonio de tantas familias, fungir como impulsor del crecimiento económico del estado.

Compartir en Facebook Compartir en Twitter