Espacio Cultural / Raíces


news

Otra tradición para festejar: la rosca de Reyes


Aída Espinosa Torres

Desde el periodo virreinal y hasta nuestros días, cada 6 de enero se conmemora el Día de la Epifanía: la aparición y manifestación de Dios en el mundo.  Cuando llegaron tres reyes magos guiados por una estrella para adorarlo. Se le conoce como la Adoración de los Reyes Magos. En ese entonces, la festividad estaba envuelta de tal solemnidad que, además de formar parte del calendario litúrgico, las autoridades civiles acudían también a la celebración religiosa como parte de sus deberes.

Durante el virreinato, la rosca de Reyes no se compartía en las mesas de los criollos y, mucho menos, entre los grupos indígenas o clases populares, ya que preferían al maíz y no al trigo y a la tortilla en vez del pan.

Con el triunfo de la guerra de Independencia de México, en 1821, uno de los países que aprovechó la oportunidad para extenderse e incidir en la sociedad mexicana fue Francia, y uno de esos ámbitos de influencia fue el de la alimentación. La “nueva situación permitía a nuestra gula –señalaba Salvador Novo–, hasta entonces contenida en el pan español, desbordarse hacia los pasteles franceses” y sorprender a nuestros paladares.

En 1880, el diario El Centinela registraba que algunas personas habían adoptado la costumbre europea de “partir el pastel de Reyes que contiene el haba”. En 1886, La Voz de México señalaba que esa costumbre la introdujeron en México los pasteleros franceses y que se había generalizado en el país, para pasar un rato agradable, “que daba ocasión para comerse un bizcocho que, por aparecer como los del Día de Muertos, una sola vez al año, se gusta con placer”.

El mismo diario publicó el 27 de diciembre de 1891 que, después de las posadas, los pasteleros trabajaban arduamente para tener listos el 6 de enero “esos bizcochos en forma de rueda” con su haba escondida llamados gâteau des rois, costumbre francesa que “se ha aclimatado hace años entre nosotros”.

El origen

La tradicional de rosca de Reyes tiene sus orígenes a comienzo de la Edad Media (siglo XIV) en países europeos como Francia y España. Tiempo después, la tradición llegó a México durante la conquista. A partir de ahí se adoptó la costumbre de partir una rosca de pan, que se caracteriza por tener forma circular, cuyo símbolo es el amor eterno de Dios que no tiene principio ni fin.

De acuerdo con la tradición católica, los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltazar (montados en un camello, un caballo y un elefante) viajaron desde el Oriente hasta Jerusalén guiados por una estrella, para adorar al profeta recién nacido y llevarle: oro, incienso y mirra. Los tres “Reyes del Oriente” encontraron al Niño, quien tenía tres días de nacido, se postraron ante él y le dieron las tres ofrendas. Al día en que finalmente los Reyes Magos conocen al Niño Jesús se le denomina como epifanía, encuentro que simboliza la rosca de Reyes.

El pastel de Reyes

Francisco Frisard, el dueño de la fonda Frisard, ubicada en Tacubaya, anunciaría por vez primera la venta de un pastel propio del sur de Francia: gâteau des rois (pastel de Reyes).

Simbolismos

Para los creyentes, la forma ovalada de la rosca representa el círculo infinito del amor a Dios. Las frutas secas cristalizadas que adornan el pan simbolizan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos; el muñeco escondido representa al Niño Jesús.

En México se tiene la tradición de que quien encuentra la figura del niño Jesús, el 6 de enero, debe cuidarlo hasta el dos de febrero, cuando se celebra el “Día de la Candelaria” e invitar los tamales. De acuerdo con la tradición esto genera abundancia y bendiciones para la persona que haya encontrado al niño y cumplido su deber como padrino. En la actualidad, la madrugada del 6 de enero los niños reciben regalos que los reyes les dejan en sus casas en representación de los obsequios que le llevaron al niño Jesús.

A lo largo del tiempo esta tradición se ha modificado poco a poco, y aunque en esencia permanece como la original, el aspecto de la rosca de Reyes ahora es muy diferente al que solía tener. 

Por ejemplo, algunos la decoran de forma particular y otros deciden hacerla con pan de diferentes sabores: chocolate, nuez o mantequilla; incluso la rellenan con nata o crema batida.

En otros casos los cambios no parten del gusto, sino de otro tipo de circunstancias, ejemplo de ello es el uso del acitrón como decoración de la rosca.

El acitrón es un dulce tradicional mexicano que se extrae de una cactácea llamada biznaga, y durante mucho tiempo fue una de las principales decoraciones. Sin embargo, debido a que comenzaron a ser sobreexplotadas para su consumo, fueron designadas como especie en riesgo, por lo que ahora está prohibida su comercialización, así como todos los productos que deriven de ella.

Por último, pero no menos importante es lo que nos recuerda Salvador Novo en Antología del pan: “el pan es inseparable de la leche. Si incompatible con el atole, es indispensable con el chocolate o con el café con leche”.

Notas relacionadas