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Imaginando el futuro


Maikel Ansted Hoffmann

Gracias a la capacidad de imaginar que todos poseemos como seres humanos, últimamente me he puesto a diseñar cómo será el mundo dentro de algunos años. Como definitivamente no creo en una guerra total en la que todo vestigio humano desaparezca, tengo la esperanza de que el hombre seguirá, por un tiempo más, sobre este planeta que llamamos Tierra.

Esta es parte de mi ilusión, pues si supiese que, por la estupidez y egoísmo de unos cuantos, dentro de poco desaparecería la vida humana, mínimamente o nada me preocuparía por pensar, y mucho menos, por escribir estas ideas.

Pues bien, como creo que la vida seguirá, me imagino ante todo dos cosas: en primer lugar, la agonía y muerte de un sistema egoísta de ver la vida; la economía pasará a ser lo que en realidad es: el buen cuidado de las cosas materiales para el provecho de todos; el derecho se reducirá a su mínima expresión pues viviremos en una sociedad más justa; la política, tal y como se conoce hoy en día, dejará de existir.

La milicia estará en los libros de historia porque ya no habrá ninguna necesidad de tener armas; la religión dejaría de ser tan abstracta para convertirse en una práctica cotidiana, como debe ser; la ciencia, la filosofía y el arte no serían privilegios de unos cuantos, sino que estarían al alcance de todos; etcétera, etcétera. Esto es lo primero que me imagino, se me antoja demasiado, pero es un poco alejado de lo que es la realidad humana.

En segundo lugar y entrando un poco más a una postura realista, pienso que el cambio que por las circunstancias actuales estamos obligados a dar deberá ser, necesariamente, hacia una sociedad mejor. No, desde luego, tan idealizada como el caso anterior, pero sí en el sentido de que ese cambio será para mejorar.

El hombre tiene cierta tendencia hacia el mal, pero sin caer en maniqueísmos -es decir, sostener que algo o alguien es siempre bueno o malo-, creo que, sobre todo, el hombre busca el bien.

La concepción del hombre respecto de sí mismo y del mundo que le rodea ha cambiado. Para ser más exacto, creo que aún se encuentra en periodo de cambio. Hay cierto tipo de cosas que duele dejar cuando se decide cambiar; de esta manera, todo cambio implica cierto malestar, pero debemos aceptar con realismo que el mundo actual es solamente un mundo en cambio.

Me gustaría poder leer el futuro y decir sin temor a equivocarme: dentro de algunos años así será la vida en la Tierra; desgraciadamente no es más que una imaginación de la cual me sirvo, pero nada más.

S bien es cierto que la predicción certera del futuro no es válida, sí lo es el observar ciertos hechos de la naturaleza y actos del hombre que nos pueden dar la pauta del mundo que pretendemos mejorar y dejar en prenda a nuestros hijos y a las generaciones que vienen detrás. Ejemplo de ello es la toma de conciencia que debemos lograr respecto de los recursos naturales que son de todos los habitantes del planeta; uno de ellos es el agua. Debemos despertar en nosotros mismos y en los demás la conciencia del buen uso de este líquido vital que "se nos está derramando entre los dedos".

Existen muchos otros ejemplos: la contaminación, la sobrepoblación en las grandes urbes. De igual forma, sería excelente que de vez en cuando nos detuviésemos a reflexionar sobre los logros y avances en las últimas décadas y sacar fuerzas para continuarlos y lograr otros nuevos.

Pienso, por último, que mientras más aceptemos la idea de que estamos cambiando, más fácil será adaptarnos a los efectos del cambio mismo. No podemos vivir la vida como si solamente existiese el presente, pero tampoco nos es permitido negarnos a transformar el presente con miras a un mundo mejor. Este es un gran reto para todo ser humano. ¿Seremos capaces de tomarlo?

Twitter: @AnstedM

Instagram: @MaikelAnstedMx



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