/ Pluralidad


news

Soñar despiertos


Maikel Ansted Hoffmann

Hay muchas cosas en la vida que pueden quitarnos, o que pueden dejar de ser o existir. Es posible pasar de un estado de serenidad, de bienestar a otro de infortunio, de malestar general. Pero, a pesar de que nuestra fortuna dé un revés y que parezca que todo nos sale mal, nos queda un recurso al que recurrimos cada vez que podemos: el sueño.
No me refiero al sueño físico que generalmente se lleva a cabo por la noche, sino al "soñar despiertos".

Creo que no habrá ser humano en desacuerdo en que soñar despierto es una necesidad tan importante como beber o comer, sin embargo, casi nunca hablamos de nuestros sueños. Tenemos miedo, por lo general, a que los demás los destruyan con la cruda realidad. Así que preferimos guardar silencio, a pesar del deseo de comunicarlos.
Cuando soñamos despiertos imaginamos una situación ideal; rechazamos inconscientemente la realidad y practicamos una especie de evasión (como dirían los psicólogos). Si estamos en un determinado lugar, queremos estar en otro sitio distinto; si no tenemos trabajo, soñamos con ser el director de alguna compañía; si lo tenemos, soñamos con unas vacaciones.

Soñamos despiertos y nos cuesta trabajo volver a la realidad. Hay también otra especie de sueños, los altruistas, es decir, soñamos con ser héroes o santos; soñamos con llegar a ser San Francisco de Asís, Santa Teresa de Calcuta o Gandhi. No creamos que los sueños son cosas de niños, a menos que jamás despertemos y prefiramos vivir eternamente de sueños y no de realidades.

La realidad que estamos viviendo actualmente se nos presenta demasiado dura, demasiado frustrante. Entonces preferimos soñar despiertos para evadirnos un poco y, me atrevo a decirlo, estamos en lo correcto: necesitamos soñar despiertos.

Pues bien, quizá soñemos que la corrupción va a terminar y que todos aquellos que en el pasado o en el presente se aprovechan de sus puestos para robar y, en algunas ocasiones, hasta asesinar, serán enviados a la cárcel.

Nuestro sueño puede ir más lejos, a tal grado que la corrupción será un recuerdo desagradable, pero solamente un recuerdo.

En fin, podemos soñar despiertos sobre un sinnúmero de temas personales o de índole social. Cierto es que despertamos a una realidad cruda y difícil, pero quizá llegará el momento en que nuestros sueños se vuelvan reales.

Al menos, el soñar despiertos indica que nuestro espíritu puede pensar e imaginar una sociedad nueva y mucho mejor que la que existe. Recordemos que los grandes cambios empiezan normalmente en la imaginación.

Twitter: @AnstedM
Instagram: @MaikelAnstedMx

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o de la autora.

Notas relacionadas