Si mi generación, en su sector privilegiado, terminó la preparatoria e ingresó a la universidad, no fue sin recorrer un camino de fracasos, ausencias y precocidades. Hoy, cumpliendo los dieciocho años, se espera que seamos adultos. No lo somos.
Sin ser la excepción, México vive una situación de escasez de agua para consumo humano sumado a crecientes niveles de contaminación del vital líquido. De alguna manera todos contribuimos a generar este problema y, por tanto, somos obligados a ser parte de la solución. Al margen de la huella humana en el calentamiento global, gobierno, sociedad y sector empresarial, con acciones u omisiones, abonamos sistemáticamente a que falte agua y a contaminarla hasta llegar a una situación en la que, muy a nuestro pesar, se tienen que tomar decisiones drásticas en el ámbito de las responsabilidades públicas, sociales y privadas.
La historia de la humanidad ha estado manchada con momentos de oscuridad, invasiones, masacres, polarización, guerras mundiales, peste negra, la invasión a Vietnam y conquistas por varios imperios, pero al final de estas situaciones siempre hay luz, prosperidad y avances.
¿Qué es? ¿De dónde surge? ¿Cuáles son los resultados? ¿Cómo se puede luchar contra las desigualdades? El empoderamiento femenino se refiere al proceso por el cual las mujeres adquieren poder y control sobre sus vidas y se les otorgan las mismas oportunidades y derechos que los hombres. Esto incluye acceso a la educación, igualdad de salario, igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo y la capacidad de tomar decisiones informadas sobre su cuerpo y su vida.