No contamos cuentos. Es la realidad. Pasan los siglos y los grandes maestros de la humanidad, como Sócrates, Platón, Homero, Séneca, siguen hablando a las nuevas generaciones; les enseñan, aconsejan, incitan a la reflexión. Sus conocimientos ayudan a moldear personas críticas, creativas. Son guía, sobre todo en tiempos de zozobra.
Desde la noche de los tiempos el símbolo juega un papel en la psique social, en el alma de los pueblos. La historia de México también tiene una dimensión simbólica. Por eso se cantan las hazañas de los héroes y se fortalece su culto. La actualidad política recupera relatos que incluso sirven parar sembrar ideología. Se sublima la evocación del pasado para apuntalar el presente.
Llegar hasta la cima de una montaña significa el reto personal de vencer obstáculos para estar en lo más alto de un lugar del planeta, pero ascender hasta el cráter del Citlaltépetl es tener la recompensa de observar desde ahí la perfecta línea curvada del horizonte dibujada con los cálidos colores del amanecer y luego tomarse la selfie, a más de cinco mil metros de altura, con la Vía Láctea de fondo, irisada de colores.
Como un verso suelto es Ricki Antonio Arcos Pérez, joven presidente municipal de Tacotalpa, Tabasco. Porque en las elecciones de 2021 una corriente política arrasó la entidad. Sin embargo, él logró la victoria en el único ayuntamiento que hoy es gobernado por Movimiento Ciudadano, de los 17 de la entidad.