En días pasados me di a la tarea de investigar un poco más sobre el “Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana”, documento de 159 cuartillas emitidas por la Secretaría de Educación Pública Federal, en donde el Gobierno de México intentará “transformar” la educación básica.
De acuerdo con el documento, se observa que este gobierno tratará de fomentar una política educativa en contra del racismo y no elitista, pero es absurdo debido a que principalmente se critica a los gobiernos pasados de tener una educación neoliberal inhumana que no promueve la unidad social, sino la competencia, olvidándose de brindar apoyo.
El gobierno encabezado por López Obrador trata de generar una política educativa de falsa inclusión, donde el pensamiento de niñas y niños promueva la no discriminación social (que no veo nada mal en este punto), pero conlleva una doble moral porque, como lo dije en el párrafo anterior, critica de forma intensa a los gobiernos anteriores “neoliberales”, y, por lo tanto, ¿en dónde está la unidad social, la no discriminación y la libertad política e ideológica?
Como pedagogos, analizamos la educación de forma profesional y no desde alguna ideología o doctrina particular, como lo está haciendo el gobierno en turno. Es cierto que las reformas educativas siempre tienen algo ideológico del momento, pero… ¿decir que un gobierno es bueno o malo por ser “neoliberal” o de derecha, está bien para formar a los niños? Ciertamente ¡no!
La formación política corresponde, en primera instancia, a los padres de familia, no a la escuela y mucho menos al gobierno, porque simplemente no sería una educación objetiva. La educación le corresponde a la escuela con la ayuda de la familia, pero la formación es un proceso que abarca todos los ámbitos del ser humano (no únicamente los conocimientos) y, por ende, compete a la familia, en primer lugar.
Como político juvenil y pedagogo, me interesa que los jóvenes se integren a la política, por supuesto, pero lo veo desde la base de la política real: el bien común. Acerco a jóvenes a proyectos políticos (personales y partidarios), sin embargo, dejo a criterio de cada uno de ellos el decidir si asistirán o no. Eso es lo que debería hacer el gobierno en temas educativos: formar conciencias críticas, analíticas y de decisión para que los jóvenes puedan decidir, según su moralidad: lo correcto de lo incorrecto.
El gobierno no tiene la autoridad moral para decir: “la derecha o la izquierda es lo mejor”. El gobierno tiene que educar, no ideologizar.
Me parece que el Marco Curricular que presenta el gobierno para este 2022 es ambicioso. La educación en México no está preparada para lo que se plantea de manera general en este plan educativo, incluso deberíamos comenzar por mejorar y ser objetivos con lo que queremos, iniciando con que los docentes deberían poder reprobar a los estudiantes cuando sea necesario.
Es ilógico que en el oficio DGAIR-DGDC/391/2021 de la Secretaría de Educación Pública se menciona que la calificación mínima de un estudiante deberá ser de seis. ¿Por qué dejamos que los estudiantes sean mediocres y se conformen con un seis de calificación, si realmente les corresponde un cinco o menos?
Es probable que algunos de mis exalumnos lean esto y digan: “Maikel siempre dijo que las calificaciones nunca te definen como persona”, y efectivamente, sigo sosteniéndome en eso, pero es necesaria una evaluación cuantitativa para ver en qué podemos mejorar.
De igual forma, observamos en el documento que los grados escolares desaparecerán sustituyéndolos por seis fases donde el estudiante puede resultar perjudicado, ya que, como se muestra en una tabla que se adjunta al referido documento, se van a unificar ciertos grados de estudio desde la fase 3.
Para concluir, querida Secretaría de Educación Pública, en vez de querer meter un Marco Curricular en el que México y los mexicanos no estamos preparados para incorporarlo en la educación básica, deberíamos pensar que hay lugares en nuestra República donde los habitantes ni leer saben. ¿No sería mejor atender a esa población y mejorar los servicios educativos de las escuelas oficiales? ¿De qué nos serviría que cambiemos el plan educativo si los docentes no están preparados?
Y bien, querido Gobierno de México, dejemos de ideologizar a las personas. Todos tenemos libertad ideológica y política. ¡No introduzcamos ideologías partidarias y doctrinales a los niños!
Twitter: @AnstedM
Instagram: @maikelanstedmx
Referencias:
Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana, SEP.