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La luz de las pantallas causó pubertad precoz en niñas y niños


Aída Espinosa Torres

“Cuando los niños todavía no se vacunaban, y el número de contagios aumentó, se decidió hacer las clases en línea. A partir de ese momento sucedió un fenómeno que detectaron los endocrinólogos: los pacientes empezaron con pubertad precoz, las niñas que tenían la menarca o primera menstruación a los ocho o nueve años de edad, también niños con características de desarrollo a muy temprana edad, es decir, entre los ocho y 10 años”.

La doctora genetista y precursora en la técnica de análisis genéticos en México, y fundadora de ADNomics, Cristina Boullosa, advirtió en entrevista con revista Cámara, que después de estos casos, los especialistas empezaron a ver qué estaba sucediendo. La luz de la pantalla, de los Ipads, computadoras o teléfonos estimulaba la adenohipófisis, que interviene en los ciclos hormonales, en el ciclo del sueño y la liberación del cortisol, que es la hormona del estrés.

“El cortisol, a su vez, afecta los picos hormonales. Entonces el incremento de cortisol en los niños por el estímulo de la pantalla, aunado al estrés de tener a un niño encerrado, con poca actividad física y con la incertidumbre de no saber qué va a suceder les cambió abruptamente la vida”.

Por otro lado, explica la maestra en Salud y Administración de Hospitales, se incrementó la ansiedad, la depresión, por tener poco contacto con otras personas. Hubo casos en donde tuvieron problemas en el oído interno, los papás no se habían enteraron que tuvieron Covid, porque en muchos casos fueron asintomáticos. Los infantes perdieron la audición, en algunos casos fue reversible, pero en otros casos la pérdida fue permanente.

Estas fueron algunas de las consecuencias que enfrentaron las niñas y niños en sus casas al tomar en línea desde cualquier dispositivo sus clases diarias. Las secuelas de quienes, además, estuvieron contagiados de Covid, también se incrementaron.

Focos rojos

De acuerdo con la doctora Boullosa, las y los niños contagiados de Covid manifestaron, en un 90 por ciento, fiebre y problemas respiratorios, únicamente hubo un tres por ciento, en los cuales los niños llegaban a tener falta de oxígeno o rechazo a los alimentos, que eran síntomas graves o de alarma para acudir al hospital. También era más fácil que se agravaran cuando tenían alguna enfermedad crónica: obesidad, diabetes, asma o problemas congénitos. Era mucho más probable que terminaran en el hospital. La mayoría no requirió hospitalización y la mortalidad en pacientes pediátricos fue muy baja. Las cifras oficiales hablan de 600 muertes y la mayoría fueron infantes con enfermedades concomitantes.

“Dentro de las secuelas en los niños, la más frecuente fue el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, que se presentaba cuatro semanas después de infección aguda por Covid, esta situación se presentó alrededor del tres por ciento de los niños infectados y se caracterizó por cuadros de fiebre alta y resistente al tratamiento por más de cinco días, presentaban diarrea, vómito, erupciones en la piel, problemas en la circulación, ojos rojos, inflamación en la lengua y ganglios linfáticos. Muchas de estas situaciones se presentaban en niños que ya habían pasado por la infección, algunos, incluso, no sabían que habían tenido Covid, hasta que se presentaron estos síntomas. Otra de las secuelas fueron los problemas cardiovasculares, afectaciones del ritmo cardiaco, niños que tenían arritmias o taquicardia.

¿Qué hay detrás de una prueba Covid?

La doctora Cristina recordó que su labor como experta en pruebas genéticas, a partir del Covid, tuvo un cambio fundamental debido a que las pruebas PCR, consideradas un estándar de oro en la detección, son pruebas genéticas: “Nosotros la usábamos en otras cosas, para buscar determinadas mutaciones genéticas, después cuando se determinó que la PCR es el estándar de oro para determinar diagnóstico de Covid, nos transformamos e hicimos el laboratorio totalmente de Covid”.
La PCR es una prueba genética delicada; los resultados tardan porque, para que te salgan los costos, tú tienes que meter alrededor de 92 pruebas en una máquina, en donde se copia tu ADN y RNA del virus. Si tienes mucha carga de trabajo, como sucedió en los meses pasados, reúnes muy rápido los 92 pacientes. Por lo mismo, se empezaron a dar resultados entre 24 y 48 horas, pero si no se cuenta con la cantidad puede durar más el tiempo la entrega. Es una prueba más específica, sensible, pero efectiva.

¿En qué casos se aplicaba la prueba de antígenos?

El antígeno no te dice en qué etapa de la enfermedad está el paciente. Nos funcionó muy bien para detectar la variante Delta, pero con Ómicron ya no funcionó. El error era casi del 40 por ciento y entonces tú podías decirle a un paciente que era negativo y estaba contagiado. Con Ómicron deberías tener una carga viral muy alta para que lo detectara. 

También nos dimos cuenta de que en un paciente que no tenía síntomas el hisopado no funcionaba, porque como es una prueba histoquímica y te mide la proteína del virus, necesita haber producción de moco, ahí se detecta la proteína del virus. En un paciente con síntomas gastrointestinales, muy probablemente el antígeno iba a salir negativo. En esta prueba no estás amplificando el ADN, ni midiendo el RNA del virus. La prueba es mucho más barata y el resultado lo obtienes en 15 minutos,
pero el riesgo de no ser tan específica y confiable es muy alto, sobre todo con las variantes recientes.

¿Qué pasa con los falsos positivos?

El falso positivo no debería de existir, claro, siempre está el error humano, por contaminación de muestra, pero no debería de haber falsos positivos ni falsos negativos, pero siempre puede haber error humano, por contaminación de muestra.  La otra causa sería que la carga viral sea tan baja que el virus es indetectable. Por eso era tan importante los días que te realizabas la prueba, si estuviste en contacto, ayer o hace 2 días con la persona, no va a salir, y al rato que empiezas con síntomas es que no funcionó y no es que no es detectable, porque estaba en periodo de incubación, lo ideal es esperar de 3 a 5 días después del contacto para realizar una prueba y saber si te habían contagiado.

Evolución y consecuencias del virus

¿Cuál fue la evolución del virus y sus consecuencias?

Al principio se pensaba que sólo afectaba vías respiratorias, conforme fue mutando, sobre todo en los niños, había también síntomas gastrointestinales y secuelas que involucraban el sistema nervioso central. Todo esto fue ensayo, error, documentar e investigar.

Hoy sabemos que sí es una enfermedad que afecta 90 por ciento vías respiratorias. En niños afecta entre un 50 a un 90 por ciento su función gastrointestinal. En adultos era del 20 por ciento. En los niños también hubo afectación en el sistema nervioso central: crisis convulsivas, cardiovasculares, arritmias, secuelas neurológicas. Había problemas en músculos desde las extremidades de manera ascendente, ocasionando, a veces, parálisis respiratoria. Fue mucho más frecuente en niños:  el llanto incontrolable, la irritabilidad; a veces dejaban de comer, de hecho, es uno de los síntomas para saber si tu niño es candidato para llevarlo de manera inmediata al hospital.

Se vio que esta enfermedad ocasionaba inflamación generalizada e importante en el cerebro. En los adultos se documentó que, semanas después de la enfermedad, referían problemas de memoria, sueño, cansancio y estaban más lentos; a eso se le llamó foggy brain.

¿Qué papel jugó la genética?

Fue fundamental porque había personas de una misma familia que las tenían que intubar y a otras no, o pacientes que morían a edad temprana. Había jóvenes que no tenían obesidad ni ninguna condición cardiaca aparente, entonces, porqué terminaban intubados o con complicaciones.

Cuando tienes un sistema inmunológico fuerte, quizá puedas mitigar la infección, y no pasa de síntomas leves, tu sistema inmunológico vence al virus, pero cuando esto no sucede por factores genéticos, o con obesidad e hipertensión descontrolada donde el sistema inmunológico se ve comprometido, entonces ya tienen que medicarlo o enviarlo al hospital para ayudar a defender su cuerpo.

En pacientes con obesidad o de la tercera edad era todavía más complicado porque, como provoca inflamación generalizada, se genera moco espeso que se pega en el pulmón, entonces si se tiene dificultad para la movilidad de la caja torácica, lo más probable es que termine con problemas respiratorios graves.

Otro factor es la carga viral, que fue el motivo por el que muchos médicos murieron, porque no es lo mismo la carga viral que trae el paciente que vas a intubar y te tose, que alguien que está circulando y que anda en movimiento, ahí su sistema inmunológico lo está venciendo. Sí agregamos que ya estás vacunado, el riesgo va disminuyendo.

Sistema inmunológico

El virus llegó para quedarse, la ventaja de estar vacunados es que disminuye el riesgo, la gravedad y la mortalidad, pero nos vamos a tener que estar vacunando cada determinado tiempo. La importancia de cuidarnos debe de seguir presente, en el momento en que llegue cualquier enfermedad, si estás sano, física y mentalmente, las consecuencias son mucho menores.

La doctora Cristina, quien además es especialista en nutrigenómica y farmacogenética, hace un llamado a tomar conciencia de nuestros hábitos, ya que, estar bien alimentado, tener la higiene adecuada, estar en nuestro peso y hacer ejercicio es muy importante para afrontar cualquier enfermedad, además de lavarnos las manos y cuidar a los demás, aunque sea una gripa.
También favorece tomar vitamina D, así como la vitamina C y el zinc, que disminuye la réplica de cualquier virus. Tienes mejor pronóstico. Vivir el hoy y el ahora, así como cuidar el medio ambiente ayudará a que no surjan nuevas bacterias, nuevos virus y que haya equilibrio en el planeta.

Dra. Cristina Boullosa

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