Pareciera que en la periferia de la historia viven niñas, niños y adolescentes. Históricamente, las personas menores de 18 años (alrededor de 40 millones) presentan la mayor incidencia de pobreza que otros grupos, el 52.6 por ciento.
En 2019 emergió un nuevo paradigma en materia educativa. Su punto de partida: la educación inicial, destinada a la niñez de 0 a 3 años, es obligatoria, universal y gratuita; derecho de alrededor de ocho millones de niñas y niños. Sin embargo, este nivel escolar fundamental presenta más problemas que avances, por lo que la Secretaría de Educación Pública debe concientizar sobre su importancia.
Para muchas familias del mundo, la epidemia de Covid significó padecer la enfermedad y sus secuelas, la tragedia de perder uno o más familiares, desempleo, reducción del poder adquisitivo; en cuanto a los gobiernos, endeudamiento e inflación, y para una minoría, muy pocos en realidad, representó aumentar sus riquezas de manera escandalosa con una tendencia al alza, lo que generó el incremento simultáneo de ricos y pobres extremos.
Los avances tecnológicos están posibilitando la capacidad del ser humano de intervenir en los procesos que determinan o modifican la vida de los individuos y las sociedades; en el ámbito de la salud de las personas implica la necesidad de subordinar su uso a las consideraciones éticas y normativas.