Llegó el verano —aunque el calor llegó desde mucho antes— y con él las distintas opciones que sobre todo Hollywood ofrece cada año para entretenernos en esta etapa en la que, al menos los niños, tienen vacaciones. Películas de acción, de animación, comedias y alguna más oscura. Y sobre todo sagas, muchas sagas, que ya se sabe que es lo que hace dinero en taquilla. Ofrecemos un breve repaso de las más destacadas como opción cultural y de entretenimiento.
El cine es un arte propio. Ahora bien, puede contar historias de modos menos cinematográficos, basándose en el diálogo, o sólo en las acciones como si fuera teatro filmado. O bien, puede aprovechar al máximo los recursos propiamente cinematográficos: el montaje, la imagen, el sonido. Esto es lo que hace magistralmente esta película del británico Jonathan Glazer, que muestra la vida de Rudolf Hoss, Comandante en jefe del campo de Auschwitz, y su familia en su casa aledaña al campo de exterminio. La película parte de que las circunstancias de ese terrible momento histórico son bien conocidas por el público —en gran parte también por el cine que se ha hecho sobre el Holocausto— y se centra en la vida «normal», terrible en su contraste, de la familia de Hoss.
Habíamos dejado a Paul Atreides (Timothée Chalamet), el hijo del Duque asesinado, y a su madre Jessica (Rebecca Ferguson) escondidos con la tribu de los Fremen en el desierto profundo del planeta Arrakis. Ahí Paul se enamora de la joven Chani (Zendaya), a la vez que los líderes Fremen empiezan a reconocer en él la leyenda del mesías que les fue prometido. Mientras tanto, los malvados Harkonnen buscan retomar el control del planeta, rico por ser el principal recurso de la especia (la materia prima que permite el funcionamiento de este universo ficticio), todo bajo el frío cálculo del Emperador (Christopher Walken) que, junto a su sabia hija, la princesa Irulan (Florence Pugh), observan desde lejos los acontecimientos. Pronto el liderazgo de Paul lo probará frente a los Fremen mientras se convierte en una amenaza para los Harkonnen y para el propio Emperador.
Hay historias reales, hay historias que necesitamos, y hay algunas que son ambas. Ésta es bien conocida. El 13 de octubre de 1972, un vuelo chárter operado por la Fuerza Aérea Uruguaya llevaba de Montevideo a Santiago de Chile a un equipo de jóvenes ju gadores de rugby y a algunos de sus familiares y amigos. Iban con idea de un viaje breve, de fin de semana para jugar un partido. El vuelo es corto también, de apenas 2 horas, pero hay que cruzar por encima de la cordillera de los Andes. Y fue ahí donde el aeroplano no consiguió sortear uno de los picos y se estrelló. De los 45 pasajeros, varios murieron en el impacto, y otros lo harían a lo largo de los más de dos meses (72 días) que transcurrieron hasta que fueron rescatados. 16 de ellos sobrevivieron, una noticia que dio la vuelta al mundo y que ha generado varias conferencias, libros y películas, como ésta.