Su peculiar estilo de usar el lenguaje fue internacionalmente conocido, al grado que la Real Academia Española incorporó al diccionario en 1992 el término “cantinflear” y si esa manera disparatada de hablar hizo reír a generaciones de mexicanos, la crítica social fue el hilo conductor de la narrativa de sus películas cuando la discriminación de la que hacían gala algunos de sus personajes tenían carta de naturalización como parte del glamur en el cine de aquella época.
Quien conoce a Cristina Ortiz “La Veneno”, aunque sea a través del lente del cine, no queda indiferente. Así fue desde sus orígenes, como muestra la nueva serie biográfica escrita y dirigida por Javier Ambrossi y Javier Calvo. Nacida en España en 1964, la serie es íntima y detallada, y revela los claroscuros de una de las primeras mujeres trans en llegar al ojo público en su país natal. En esta serie Cristina, como le hubiera encantado, pasa de ser un ícono nacional a una fuerza internacional.
El siglo XXI ha derrumbado tópicos retrógrados. Abraza discursos que son un canto al feminismo. Hoy lo políticamente correcto es abanderar relatos culturales que encienden debates a favor de la igualdad. Lo contrario es tener mentalidad de neandertal o antediluviano. El movimiento feminista ha llegado a las instituciones. En Sesión Solemne, en el marco del Día Internacional de la Mujer, la Cámara de Diputados entrega la medalla “Sor Juana Inés de la Cruz”, en reconocimiento a la defensa de la igualdad y derechos de las mujeres.
A los 19 años fundó su primera empresa y a los 25 creó la segunda, ambas dentro de la industria del entretenimiento, pero el éxito fue rotundo cuando escribió su primero libro, WTF con el SAT, primer lugar en ventas, prácticamente agotado en tres semanas de salir a la luz, y por el que la Secretaría de Hacienda reconoció sus aportes en la labor de orientar a los contribuyentes. Lo escribió Paulina Caso, quien además de saltar a la fama, se convirtió en experta en el campo más árido de la vida de una persona: el pago de impuestos.