Trabajo Legislativo / Entrevista


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¿Qué son las ciudades inteligentes?


Juan José Graham

Cada año ocurren 5 millones de fallecimientos a causa de la inactividad física, a nivel mundial. En México 9 por ciento de las muertes son atribuibles a este grave problema de salud pública. Son decesos de niños, niñas, mujeres y hombres que pudieron evitarse.

¿Cómo esquivar este exterminio silencioso de personas? ¿Cómo evitar pagar la factura de daños a la salud pública? ¿Las personas están cada vez más en serio peligro? En cuanto a estas interrogantes reflexiona la doctora Deborah Salvo.

La académica es parte de un equipo internacional de 80 científicos que lanzaron el Observatorio Global de Ciudades Saludables y Sostenibles, una investigación sobre 25 urbes del mundo. Incluye a la Ciudad de México. El estudio aporta recomendaciones que debieran considerar la Jefa de Gobierno de la capital, los alcaldes y legisladores para emprender políticas públicas que garanticen calidad de vida, a partir del diseño de ciudades inteligentes.

Urgen leyes y políticas que establezcan, incluso, cómo deben ser las banquetas, ciclovías, la colocación y la distancia entre semáforos, la protección a ciclistas, los cruces peatonales, etcétera. De lo contrario, solamente se está improvisando. Los gobernantes deben considerar las evidencias exitosas en otras urbes del mundo. No salir con: “¡Ay, a poco me sirven las evidencias de ciudades en Países Bajos!”

Pone el acento en un concepto que en inglés se llama liveability. Expresa ciudades con calidad de vida y visión hacia la sustentabilidad ambiental. Lo contrario a liveability son las pésimas políticas públicas que vuelven invivibles las ciudades y sus colonias y empeora la salud debido a un mal diseño.

En resumen, el diseño de las ciudades dispara o abate las muertes. Determina beneficios o perjuicios a la salud.

En entrevista, la doctora Deborah Salvo explica:

¿Cómo deberían verse las ciudades para que las personas estén más sanas, dañar menos al medio ambiente, mejorar la convivencia social y la movilidad?

Soy especialista en el estudio de la actividad física como parte de la salud pública. Me he sub especializado en cómo los ambientes (entorno social, diseño de las ciudades y colonias) influyen en los niveles de actividad física de la población.

Si vemos a un niño fumando, todos nos escandalizaríamos. Pero si lo miramos todas las tardes en el sofá, jugando videojuegos o en su Ipad, no nos parece raro.

Actividad física no es qué tanto ejercicio hace la gente en el gimnasio o en el deporte, sino utilizar tu cuerpo para gastar energía. Qué tanta actividad física hace la población.

El diseño de ciudades como Manhattan, París, Madrid o Ámsterdam, simplemente hacen que te muevas, a pie, en bicicleta o en el transporte público. Favorece moverte mucho caminando. Otras ciudades nos vuelven autodependientes.

¿Qué características debe tener una ciudad para facilitar que la gente se active diariamente, le guste o no el ejercicio y el deporte, y así mantenga su salud? Todo lo que necesitamos es caminar media hora diaria, ya sea ir al mercado, al parque, a donde sea. Y el óptimo diseño de una ciudad es a partir de lo micro: desde las colonias.

¿Hay una correlación entre el tema de la salud pública con cuestiones de medio ambiente y planeación de las ciudades?

Sí. Tenemos evidencias. Todo se asocia. El diseño de las ciudades afecta la salud de las personas. Por ejemplo, si la gente fuma o no también tiene que ver con las leyes que hay sobre uso de suelo, si se puede vender tabaco en ciertos lugares.

En la investigación científica y en políticas públicas se usa un término: “salud planetaria”. Se refiere a un modelo que da como resultado poblaciones, sociedades saludables. Implica políticas acertadas y correcto diseño de ciudades. Incluye la necesidad de bajar las emisiones de dióxido de carbono, debido al cambio climático.

Mi especialidad es el comportamiento de la salud en las ciudades. Un comportamiento en salud es lo que llamo “transporte activo”: caminar o andar en bicicleta. Es un comportamiento sustentable, sostenible que ayuda al planeta. Si dejo de usar el coche, ayudo intensamente al mundo. Y si sumamos a la familia, a los amigos, a la colonia, a la ciudad, aumentará el auxilio al planeta. Cada persona causa impacto ambiental. Parte de la solución es cambiar el chip.

Para algunas personas es complicado tener cierto tipo de ambiente. ¿Debe ser importante para las alcaldías y presidencias municipales? ¿Cómo deben planificar sus obras públicas?


Debemos darnos cuenta de cómo los entornos urbanos afectan la salud pública.

Se entiende que los mega proyectos son de los gobernadores, del jefe de gobierno. Pero realmente los que tienen la distribución más urbana y más capaz en términos de las colonias son los municipios, los ayuntamientos

Sí. En los municipios, en los ayuntamientos se debe determinar cuáles van a ser los proyectos, el presupuesto para desarrollo urbano. En la Ciudad de México, aquí la figura del gobernante tiene mucho poder. Puede ir todo de arriba hacia abajo. Un gobierno federal puede hacer poco. La unidad realmente es la ciudad. Muchas veces va de barrio a ciudad o de ciudad a barrio. Pero la visión que tenga el jefe de gobierno de la ciudad es muy importante.

De la Ciudad de México tenemos infografías que resumen los hallazgos de la investigación. Por ejemplo: 87.5% de la población vive en colonias que están sobre la mediana del concepto “caminabilidad”. Bastante bien. Casi todas las colonias tienen buena caminabilidad.

¿En qué no está bien la Ciudad de México? Sólo 19.7% de la población tiene acceso a menos de 5 minutos a pie a alguna parada de transporte público que sea formal, que pase de manera frecuente. La formalidad es muy importante. Es sostenibilidad ambiental, cuánto contamina un medio de transporte contra el otro, cuánto tráfico genera si no está solamente en su carril o en su vía. Si tú levantas la mano y se para el pesero o el microbús, pues no vas a caminar mucho. El uso de sistemas de transporte informales se asocia a menor actividad física diaria.

Tenemos estos indicadores, súper bien resumidos, para la Ciudad de México. Infografías que deben estar en el escritorio de la Jefa de Gobierno de la capital, de legisladores, de alcaldes…Indicadores que revelan en qué va bien la ciudad, en qué va mal y dónde hay que invertirle más.

¿Cuáles son los tres puntos clave en los que podrían iniciar proyectos de desarrollo urbano en las ciudades, tanto la jefa de gobierno como los alcaldes?

Las políticas públicas deben considerarlo todo. Hasta cómo tienen que ser las banquetas, las ciclovías. Hay que hacer política, leyes. Una buena ley de movilidad. Cualquier calle nueva que se construya debe tener designado un carril de bici de un mínimo de ancho, protección del ciclista. Las leyes deben especificar los semáforos, los cruces peatonales, el ancho de las banquetas. Si no se legisla esto, se está improvisando.

En la Ciudad de México hay muchos huecos en políticas públicas. Fallas. Ejemplo:  no hay ningún requerimiento mínimo para que la población tenga acceso a transporte público formal. En ciudades del mundo esto es parte de la ley, desde que nace una colonia, esto debe de estar ahí. Lo primero es legislar. Luego basarse en la evidencia. Tenemos mucha evidencia en el mundo. Desde lo que debe ser el ancho de la banqueta o de lugares de estacionamiento en un edificio.

¿A qué le debo invertir más para que una ciudad se vuelva caminable? ¿Que al ser caminable se vuelve “liveable”, vivible? La caminabilidad es básica. Una ciudad donde te atraiga caminar, usar transporte público o andar en bici. Pero si la infraestructura está muy mal, las calles, etcétera, pues así no se puede. Aunque hay banquetas, están pésimas, angostas, rotas, invadidas…Se requiere inversión en infraestructura del transporte activo, principalmente a favor del peatón, del ciclista. Es el futuro de la salud pública, del medio ambiente, de las ciudades.

Los políticos deben considerar estas herramientas. Hay evidencias de que sí funcionan. Cierto, al principio de su implementación hay una fase donde todo mundo se enoja. Es la construcción de algo nuevo, pero cuando una zona urbana o toda la ciudad se vuelve más habitable, más caminable, seguida la zonas aledañas empiezan a pedir que hagas lo mismo. Se dan cuenta de todas las ventajas que aporta para la calidad de vida, la economía, el medio ambiente y la salud.

Un ejemplo en la Ciudad de México: hace años peatonizaron Avenida Madero.  Primero, ni los comerciantes del rumbo querían esto. Después la medida se volvió éxito. Los actores de la zona pidieron que esta medida se replicara en las calles aledañas. Cuando se incrementa la habitabilidad de las ciudades, sea en una sola colonia o en todas, la sociedad termina apoyado los proyectos urbanos.



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