El 15 de marzo se modificaron las leyes generales de Salud y de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con el objeto de reconocer a la violencia obstétrica como un tipo de violencia contra las mujeres. El dictamen se remitió al Senado.
Se estableció que la atención materna-infantil deberá ser integral, libre de violencia y con pertinencia cultural a la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, incluyendo la atención psicológica. Corresponde a la Secretaría de Salud capacitar al personal del sector con perspectiva de género, a fin de que detecten todas las formas de violencia incluidas la institucional y la obstétrica.