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“Todo lo que empiezo lo acabo”: Felipa Nery Sánchez


Aída Espinosa Torres

La doctora en Derecho Judicial, Felipa Nery Sánchez Pérez, profesora investigadora de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y actualmente directora de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades, es tan aguerrida como sus palabras.

Nos comparte la manera en que la vida la llevó por el camino de la investigación en el terreno de las humanidades; nada se le dio gratis. Los resultados de su trabajo fueron fruto de la disciplina y esfuerzo. “Todo lo que empiezo lo acabo”, afirma con orgullo.

Hija de Sebastiana Sánchez, quien como madre soltera la sacó adelante con su sueldo de cocinera, la ahora académica, al ver con sus propios ojos la pobreza que había en su estado, se interesó en investigar el origen y las causas de esta situación, así como la manera de encontrar soluciones.

Otra de sus encomiendas es trabajar en la atención de la violencia contra las mujeres. Llena de historias de vida, nos permite recorrer junto con ella sus valientes decisiones, objetivos y luchas como mujer y profesionista.

“Empecé como capturista en el periódico Avance, había estudiado para secretaria desde la secundaria. Después trabajé con el cronista parlamentario Luis Sánchez Arreola. Él, con muchos regaños, me formó. En 1991 me dieron el premio estatal de periodismo y me propusieron ser profesora en el área de Comunicación de la Universidad, pero yo no tenía título. Era periodista empírica, cuando le comenté a un compañero que quería estudiar para tener título de periodista, me dijo: ´pero para qué si periodista ya eres´. Lo que tienes que estudiar, me comentó, es Derecho, para ser mejor de lo que ya eres”.

La doctora Felipa Nery se tituló y la invitaron a dar clases en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Ése sería su destino profesional, primero, impartiendo unas cuantas horas, porque no quería dejar el periodismo; después, como profesora de tiempo completo; para entonces, ya había estudiado la maestría en Derecho Constitucional y después el doctorado en Derecho Judicial en el Poder Judicial del Estado de Tabasco. Ahí fue cuando la academia y la investigación la arroparon.

¡En Tabasco no hay pobreza!

El tema de la pobreza ha impactado significativamente en su quehacer profesional y personal. “Cuando empiezo a estudiar de dónde viene la pobreza de Tabasco encuentro que nosotros tuvimos un boom petrolero entre los años 70 y 80. Mucha gente abandona el campo, en las ciudades se hacen cinturones de miseria y aquí se empiezan a hacer grandes círculos de pobreza que no se advierten. Como periodista y académica esas experiencias me han transformado la vida”.

En el año 2000, durante un recorrido, ella fue testigo de aquella realidad que muchos negaban. “Vi en una comunidad que los niños estaban desnudos, sin zapatos, panzones; entonces empecé a percatarme de la grave pobreza que había en nuestro estado y cuando comienzo a hablar de la pobreza, me dicen ´tú estás loca, en Tabasco no hay pobreza, aquí tú tiras una semilla y todo florece´, pero no todos tienen tierra para sembrar o viven a la orilla del río para pescar”.

Lucha por la paridad

“Conozco la pobreza desde pequeña, y para resolver los problemas debe de haber voluntad. El problema de violencia contra la mujer, no sólo en mi estado, sino en todo el país, se tiene que trabajar coordinadamente. Los investigadores de otras áreas, dentro de la Universidad han creado un botón de pánico. Esta aportación no se puede quedar sólo para la Universidad, se debe extender al gobierno del estado y municipios.

Está convencida que faltan mujeres en los lugares donde se toman las decisiones. “Ya hay mujeres muy preparadas, pero nos falta hacer conciencia de la importancia de su inclusión, hay quienes dicen: ´las mujeres son difíciles´, y sí somos difíciles, porque vemos lo que ellos no ven. Porque somos más sensibles. A veces se les ha dado las oportunidades, pero no las toman por miedo; culturalmente no se les ha dado la oportunidad de tomar decisiones. Pero se está abriendo brecha y con la nueva legislación a favor de la mujer, con mayor razón, ahora se tiene que cumplir para que se logre la paridad total”.

--¿Cómo ha vivido la discriminación hacia las mujeres?

--Yo no sé de qué estaré hecha, los jefes ni los maridos me han frenado, pero, en general, para las mujeres es más difícil, tienen que atender las labores del hogar y a los hijos, ser académica, ser investigadora o jueza; es más difícil. Por fortuna, en mi caso nunca hice labores del hogar, mi madre y mi segundo esposo siempre me han ayudado. Desde los 17 años tuve doble trabajo y doble sueldo para pagar alguien que nos apoyara.

Cuando me postulé para dirigir esta división, uno de mis compromisos fue: “cero tolerancia al acoso”, porque había denuncias de acoso sexual a las alumnas. En marzo del 2020 tomé fotografías a los tendederos que pusieron las alumnas sobre estas denuncias, y las subí al grupo de maestros, aparecían prestigiosos académicos; el director de aquel entonces me dijo “deje de desprestigiar a los maestros”. Recuerdo que entre unas profesoras y yo luchamos para quitar a un director porque, según sus palabras: “ se paraba a ver el ganado”. Finalmente, conseguimos que la próxima persona que tomara el mando de la dirección fuera una mujer.

La adversidad me ha hecho grande

“En algún tiempo fui cronista de la ciudad, pero así como me designaron me corrieron, porque ante la inseguridad se empezaron a hacer marchas de protesta contra el gobierno que no hacía nada, y que decía que era pura percepción. A mí me invitaron a las marchas como cronista, entonces el gobernador, que era Arturo Núñez Jiménez, me mandó llamar; como no fui, me advirtió que si no iba me correría y pues designaron de una forma arbitraria y humillante a otro cronista.

“Acudí ante la Comisión de Derechos Humanos; al gobernador lo denuncié públicamente. Mis colegas de la UNAM, entre ellas Gloria Ramírez, una feminista, socióloga, me dijo: ´Estás loca; ese hombre te va a mandar matar; salte de Tabasco´. Lo que hice fue simplemente denunciar ante las instancias que mencioné y ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Me mandaron protección de la fiscalía, la cual rechacé, simplemente lo que hice fue protegerme yo sola y mira, aquí estoy. La adversidad me ha hecho grande”.


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