Durante los últimos 15 años, México ha afrontado desafíos sin precedentes que han afectado a nuestra sociedad y al gobierno en múltiples frentes. La creciente problemática relacionada con el aumento de la criminalidad, el inminente colapso del sistema de pensiones, la aceleración del cambio climático y la insuficiente infraestructura de transporte en un país en constante crecimiento son solo algunos ejemplos.
De modo heroico, se ha ironizado la cuantía de la cual penden varias asimilaciones en lo referente al decreto o estatuto que da ordenamiento decisivamente entre las leyes que rigen al orden riguroso y rígido, a pesar de ello, no hace faltar mencionar, todas las disposiciones que podemos encontrar en lo que se reglamenta respectivamente hacia las sentencias estipuladas en los veredictos y resoluciones que se han promulgado con el pasar del tiempo en el encargo político de la mejora normativa.
De primera mano, los PND (planes nacionales de desarrollo) presentados en cada sexenio son cambiantes y responden a las necesidades y problemas, diagnosticados, observados y analizados por cada gestión pública que los llevó a cabo, de esta manera se buscó el fortalecimiento de México desde las diferentes perspectivas de gobernabilidad que se presentaban.
Aunque el populismo suele verse como una tendencia política negativa prácticamente en gran parte del mundo debido a los fracasos constantes en los proyectos que líderes populistas han dirigido, este término, sin embargo, aún no ha sido definido como tal, y de hecho es imposible localizarlo en algún eje ideológico como lo son los más comunes –izquierda o derecha- ni mucho menos asignarle una base social.