Mis impresiones de la revocación de mandato

Se veía lejano, pero finalmente tenemos resultados de la revocación de mandato. Un ejercicio que para la clase política fue de gran interés, pero que para la ciudadanía fue una batalla entre el gobierno y la oposición. ¿Cuáles fueron las reflexiones más importantes?

1.- El presidente Andrés Manuel López Obrador ganó con una diferencia significativa y una participación baja, sin embargo, esa participación no fue tan baja como se esperaba. Votó poco más del 17% de los electores, de los cuales el 91% eligió que el mandatario siguiera en la presidencia hasta el 2024.

Ese 91% representa aproximadamente 15 millones de votos. Para algunos sonará a mucho, para otros sonará a poco. Para quien lo quiera ver desde un punto de vista negativo, es la mitad de los votos que obtuvo el presidente en 2018, está cayendo. Para quien lo quiera ver desde un punto de vista positivo, es más de los votos que obtuvo Ricardo Anaya en el 2018 y de los votos con los que Felipe Calderón llegó a la presidencia en 2006.

Lo que es una realidad es que la participación fue baja por dos motivos: el primero, porque solo votó un grupo, el que simpatiza con el presidente López Obrador y ahí habría que hacer un paréntesis, ya que su elector nunca tuvo incentivos para votar al no sentir que su permanencia estuviera en riesgo; el segundo, porque el votante opositor, al saber que no existían condiciones para ganar, prefirió no salir a votar.

Habrá que ver si de cara al 2024, el presidente logra mantener sus preferencias y, además, transferirlas a su partido político Morena.

2.- La revocación de mandato sirvió de experimento para que Morena hiciera un simulacro a nivel nacional de medición de su operación política.

Los liderazgos de Morena tuvieron algo muy claro: tenían que responderle al presidente López Obrador elevando la participación al máximo en la complicada búsqueda del 40%. Prefirieron “pedirle perdón que pedirle permiso” al INE, cuando el Instituto les pidió que retiraran sus publicaciones de promoción en redes sociales por estar violando la ley.

Hicieron propaganda y movilizaron a sus redes de simpatizantes.

Ahora habrá que hacer un análisis, estado por estado, para ver quién le quedó bien y quién le quedó mal al presidente. No vaya siendo que a los mejor evaluados les toque un premio.

3.- La oposición, que seguramente no se esperaba esa cantidad de votos, tuvo que definir a la consulta como un fracaso. Y tienen razón, no podían salir a decir que les sorprendió la votación. Sin embargo, será importante que tengan claro que los 15 millones de votos que obtuvo el presidente López Obrador no son su techo, sino que son su piso, y que, si aspiran a recuperar el poder en el 2024, deben de fortalecer a varios liderazgos que logren acumular millones de simpatías.

Los estudios nos dicen que, en el caso de Morena, sea el candidato que sea, las preferencias son similares. Es decir, el voto es de Morena y me atrevería a decir, del presidente López Obrador. En la oposición no sucede lo mismo, a los partidos no les alcanza con su marca, necesitan de candidatos y candidatas que le sumen votos que puedan hacer la diferencia.

4.- Necesitamos fortalecer al INE. Uno de los puntos más negativos que surgieron de la revocación es la confrontación entre el presidente y el Instituto. La aprobación de López Obrador es muy alta, pero sobre todo es tan leal, que los juicios de valor que emita el mandatario muchas veces se convierten en realidad para sus simpatizantes.

Si algo anhela el ciudadano es estar seguro de que su voto cuenta. Romper con esta inercia de que en todas las elecciones existen fraudes. Y esto solamente se va a lograr fortaleciendo al INE, posicionándolo como organismo autónomo, lejano a los intereses de los partidos políticos.

5.- La revocación de mandato llegó para quedarse y será importante fortalecerla como un ejercicio democrático que le permite a los ciudadanos elegir si su presidente se mantiene o no en el cargo. ¿Qué podemos hacer para mejorarla?

Desde mi perspectiva, generar las condiciones para que sean los ciudadanos y no los gobiernos quienes se pongan a prueba a ellos mismos.

También es necesario abrir la posibilidad, como sucede en California, de que la gente al votar decida si su representante se mantiene o no, y de votar por la revocación, que puedan seleccionar a una nueva propuesta para que tome el poder.

Seguramente por la polarización que se vive en México la revocación pasará a segundo plano en unos días y nuevas batallas tomarán el protagonismo. Ojalá que los actores políticos y los ciudadanos sigamos conversando de esta primera experiencia para que las próximas sean mucho mejores.

Patricio Morelos es socio de Poligrama. Maestro en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica por The George Washington University. Profesor Universitario en el Tecnológico de Monterrey.

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