Trabajo Legislativo / Entrevista


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Elijo debates a partir de ideas no de calificativos: Santiago Creel


En entrevista con Juan José Graham, del programa Cambiemos el formato, de Reporte Índigo, el diputado Santiago Creel Miranda (PAN) platicó sobre su experiencia política, donde ha ocupado cargos de participación ciudadana o responsabilidades públicas de alta responsabilidad, como ser secretario de Gobernación en la administración de Vicente Fox.

La entrevista se realizó en el palco presidencial de la Cámara de Diputados, sitio que en los informes presidenciales y ceremonias especiales del Congreso era ocupado por las esposas y los hijos de los primeros mandatarios del país.

Santiago Creel, vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en su LXV Legislatura, recuerda con satisfacción su paso por distintas experiencias en materia legislativa y advierte que los temas de su interés para proponer iniciativas son, esencialmente, sobre derechos humanos.

¿Cómo inicia su carrera política?

Yo provengo de grupos de observación electoral, lo hacíamos a lo largo y ancho del país: Durango 85, Chihuahua 86, luego el 88 cuando “el sistema se cayó, con y con doble ll”. Después vienen los años 90 con Fox, en Guanajuato, para mí fue un ingreso muy natural a un cargo, que no esperaba y que fue para mí sorpresa, y una vez que entré al IFE como consejero ciudadano, me dediqué al servicio público al 100 por ciento.

Cuando gana Ernesto Ruffo Appel, en 1989, estábamos en las postrimerías del 88 y el suceso permitió abrirle la válvula a una gran olla exprés, había una presión política muy fuerte. A partir de entonces se fue abriendo el sistema, hasta 1997, cuando fue realmente la apertura más evidente.

¿Cómo llega a la Cámara de Diputados?

Me tocó por primera vez integrar la mayoría siendo parte de la oposición, estuve en la Mesa Directiva, como primer vicepresidente de esa legislatura. Porfirio Muñoz Ledo era el presidente. Luego me fui a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales. Ahí estuve casi tres años y después me fui a contender para la Ciudad de México.

¿Cómo fue esa experiencia?

Fue una campaña muy compleja para mí, porque la empecé con 13 puntos y acabé con más de 30. Afortunadamente pude entregar varios votos a Fox, para que la plaza no se perdiera. Era un poco la estrategia que no nos fuéramos a caer en la Ciudad de México y con ello perder la elección presidencial; eso ayudó mucho para el triunfo de Fox.

Llega la primera presidencia panista y directo a la Secretaría de Gobernación. ¿Cómo fue la responsabilidad de ese cargo?

Fue una experiencia única porque nunca había yo estado en gobierno. Pienso que es el espacio político del Ejecutivo más importante del país, porque una de las funciones es ser secretario del interior, supervisor, vigilante, responsable de la seguridad interior del país y responsable de que las instituciones funcionen, de la interlocución con todos los sectores, particularmente con los congresos y gobernadores. Es hacer política.

Pero yo creo que ya venías bastante preparado para el cargo

Creo que uno nunca está lo bastante preparado. Claro que a estas alturas ya he visto muchas cosas y la experiencia en política es muy importante. No es el factor determinante, porque son muchos factores: es conocimiento, capacidad, es una situación que tiene que ver con tu vocación, el carácter.

¿Podría platicar sobre algunos momentos importantes en Gobernación?

Tuvimos la experiencia de la explosión del volcán Popocatépetl, se tuvieron que evacuar todos los pueblos que están alrededor, y una vez evacuados se tuvo que buscar los lugares para vivir en albergues, la logística para la comida, en fin, todo un problema de carácter social, logístico de protección civil, porque hubo que evacuar pueblos enteros. También la gestión del tema de la frontera norte con Estados Unidos, y todo el proceso de transición que llevamos a cabo en la propia secretaría.

Ser secretario de Gobernación es tener relación con los otros partidos

La relación no era sencilla, pero por otra parte hubo relación con todos los partidos políticos, interlocución, diálogo, acuerdo, desacuerdos también; tratamos de innovar en las maneras y en las formas políticas para un México que estaba dando sus primeros pasos en democracia.

En cuanto a la agenda de recepción, ¿tenía pidiendo cita a los dirigentes de los partidos?

Tenía un sistema donde yo veía y me entrevistaba con los presidentes de los partidos, con coordinadores parlamentarios, tanto en la Cámara de Senadores como Diputados, gobernadores, líderes sociales, líderes religiosos. La relación con los gobernadores es importante, compleja. Parte del tema tiene que ver con la organización de la propia federación y la parte municipal.

En las elecciones intermedias del 2003 ¿cómo se vivió, desde la Secretaría de Gobernación?

Estuvimos fungiendo, sobre todo, como facilitador y garante de que pudieran salir los electores y que el país pudiera estar en calma y en paz.

Después siguió la presidencia en el Senado de la República, ¿hay mucho contraste con la Cámara de Diputados?

Es un foro más pequeño, de gente más experimentada, porque el perfil de quien llega al Senado es de alguien que lleva un recorrido más amplio en política, a diferencia de la Cámara de Diputados, que es un foro de 500 legisladores. La Cámara para mí es un foro más auténtico, más natural, mucho más representativo de lo que es México, por la gran variedad de personas que vienen de lugares tan distintos: Chihuahua y Chiapas. Son culturas diferentes con tradiciones distintas. Me gusta mucho estar en la Cámara.

Después de toda esta actividad, viene como un periodo de calma, ¿cómo fue?

Yo antes de entrar a la política tenía mi despacho de abogados, mi vocación de ser abogado me gusta mucho, me gusta la parte de los litigios, particularmente los litigios relacionados con estudios constitucionales; entonces, regresé a mi despacho y a dar clases. En la Facultad de Derecho en la UNAM doy Teoría de la Constitución y Derecho Constitucional.

Es una vocación que he podido desarrollar prácticamente desde que me recibí. Cuando regresé de mis estudios en posgrados en Estados Unidos, inmediatamente me sumé a la labor docente; he hecho investigación, he escrito libros. En estos últimos años retomé la actividad, como lo hice al inicio de mi carrera.

Realmente ese periodo no fue una pausa porque estuve trabajando al interior de mi partido; fui presidente de la Comisión de Elecciones, y luego presidente de la Comisión Política Nacional. Entonces, tenía mi actividad partidista, mis clases y mi despacho; seguía con una actividad bastante intensa.

Luego viene el tema del Constituyente, el cambio de la Constitución de la Ciudad de México

En mi actividad siempre he estado muy expuesto en grupos donde pensamos diferente; a pesar de tener visiones distintas logramos construir algo como la Constitución de la Ciudad de México; me ha tocado sacar adelante muchísimas reformas con mis adversarios políticos.

Ahora está como vicepresidente de la Mesa Directiva en un gobierno donde la relación del PAN con Morena no es la mejor de todas

Yo tengo una función institucional en la Cámara, como vicepresidente de la Mesa Directiva y también como diputado representante de Acción Nacional. Entonces, de repente, me bajo a los debates, trato siempre de tener respeto en los debates que intervengo, también pido respeto y me gusta que sean a partir de ideas, más que de calificativos, de ideas. De esta forma he tenido un buen recorrido en el diálogo y en la interrelación con los grupos parlamentarios.

¿Qué nos espera ver del diputado Creel en lo que resta de la legislatura?

Voy a trabajar mucho en el tema de derechos humanos como diputado, ahí están mis temas de interés, apoyar a mi grupo parlamentario y cumplirle a la Cámara en mi función institucional.

¿Cuáles son tus aficiones preferidas?

Tengo afición por los caballos. Me dedico cuando puedo los fines de semana a montar a caballo. Me gustan todos los deportes. También me gusta leer. No veo mucha televisión y de cuando en cuando veo alguna película o noticias. De los libros que puedo recomendar, El Infinito en el Junco, de Irene Vallejo; también los ensayos de Jorge Ramos, un pensador de los años 40 y 50. Estoy leyendo el último libro de Krause, sobre la historia más moderna del país desde el punto de vista político.

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